Y, lamentablemente, no son cirugías por cuestiones de salud, sino meramente estéticas. La pornografía y las fotos de las vaginas de otras niñas o mujeres parecen estar causando molestias en muchísimas niñas. «Si hay una cirugía para ello, entonces está claro que no soy la única que quiere hacer esto… no es la gran cosa», dijo Anna, una niña de 14 años que quería operarse.
Las cirugías de vagina en las niñas: ¿por qué cada vez más adolescentes la buscan?

Según la doctora Naomi Crouch, ginecóloga entrevistada por la BBC, la cifra de niñas que quieren operarse está en crecimiento y eso es realmente preocupante. Según los datos del medio, entre 2015 y 2016, 200 niñas menores de 18 años se realizaron la labioplastia, y 150 eran menores de 15 años.
¿Por qué sucede esto?

Los estereotipos de la sociedad, la pornografía y las redes sociales pueden ser los causantes de este aumento en las operaciones estéticas de vagina.
Paquita de Zulueta, una doctora también entrevistada por la BBC, explicó que cada vez más niñas de entre 11 y 13 años creen que « hay algo mal con su vulva. Que su forma está mal, que el tamaño es incorrecto. Y eso genera disgusto». Además, agregó que «la percepción es que los labios internos deben ser invisibles, deben ser como los de una Barbie. Pero la realidad es que son muy variados. Y es normal que los labios sobresalgan».
Solo por una cuestión médica
La mayoría de las niñas desean hacerse esa operación solo por cuestiones estéticas. No obstante, la doctora Crouch cree que solo deben realizarse cuando hay una anomalía y «me resulta difícil creer que hay 150 niñas con anomalías médicas que necesiten una operación de labios en Inglaterra».
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La historia de una niña de 14 años
Anna —no es su nombre verdadero— quiso operarse a los 14 años por cuestiones estéticas. Ella se enteró que la vagina no era tan grande y «desordenada» como la suya por lo que optó por realizarse una operación.
Luego de sentirse incompleta y confusa determinó que una operación estética no era lo que necesitaba: «Me alegro mucho de no haberlo hecho. No lo necesitaba. Me veo bien. Soy completa y absolutamente normal».
Es importante enseñarle a los más pequeños —y también a nosotros mismos— que nuestro cuerpo no tiene por qué ser perfecto; que cada uno tiene su peso, su altura y hasta su forma propia de genitales. Y no por ser diferentes debemos exponernos a operaciones costosas, innecesarias y hasta peligrosas. La educación es imprescindible para romper con los estereotipos de la sociedad.






