En las competencias entre científicos incluso ha corrido sangre. Thomas Alba Edison electrocutó un elefante en su vano intento por probar que la corriente alterna, inventada por su rival y ex empleado Nikola Tesla, era mucho más peligrosa que la defendida por él, la corriente directa. Mira estas 5 históricas rivalidades en el mundo de las ciencias.
Las 5 rivalidades más intensas en la historia de las ciencias

5. Los hermanos Wright contra Samuel Pierpont Langley

Langley quería ser recordado como el hombre que consiguiera el primer vuelo tripulado exitoso y lo intentó dos veces, antes que Orville y Wilbur Wright; en cambio tuvo que conformarse con el mérito de haber inventado el barómetro. Desde un principio, los pioneros de la aviación supieron que el principal problema no era despegar sino aterrizar conservando la vida. Langley logró poner en el aire aviones no tripulados impulsados por una catapulta.

Su principal error fue querer hacer un avión demasiado pesado, que acuatizara, pensando que así el piloto estaría más seguro, a diferencia de los Wright, que privilegiaron la ligereza y el aterrizaje. Los dos aviones de Langley terminaron estrellándose contra el agua, aunque el piloto salió con vida. Pocos días después, el 17 de diciembre de 1903, Orville Wright logró que su aeroplano estuviera 12 segundos en el aire, suficientes para que el vuelo recibiera el crédito como el primero de la historia.
4. Edward Teller contra Robert Oppenheimer

En 1939, los físicos de origen húngaro Edward Teller y Leo Szilard visitaron a Albert Einstein para pedirle al prestigioso científico que intentara persuadir al presidente Franklin Delano Roosevelt sobre la urgencia de que Estados Unidos desarrollara una bomba nuclear antes que la Alemania nazi. Fue el comienzo de la célebre carta a Roosevelt que dio origen al Proyecto Manhattan.

Teller fue incorporado al proyecto y, en una mezcla de celos profesionales y políticos, cebó un rencor especial en contra del padre de la bomba atómica, Robert Oppenheimer. Tras la detonación del terrible ingenio, Oppenheimer se vio envuelto en una serie de dudas morales, lo que fue aprovechado para que lo acusaran de simpatizar con el comunismo. Teller tildó a Oppenheimer de espía comunista, lo que contribuyó al fin de la carrera científica de este, aunque después fuera reivindicado. Robert Oppenheimer se opuso a la construcción de la bomba de hidrógeno; no así Teller, quien trabajó tanto en el proyecto que es llamado el padre de ese artefacto.
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3. Alexander Graham Bell contra Elisha Gray

En 1874, el inventor estadounidense Elisha Gray presentó exitosamente un novedoso aparato con el que dos personas podían hablar a distancia, que después recibiría el nombre de teléfono. Quizá porque en ese tiempo las cosas iban más lentamente o quizá porque no percibió la trascendencia de su creación (Edison y los hermanos Lumiere pensaban en principio que sus célebres invenciones, el fonógrafo y el cinematógrafo, no tenían futuro comercial), lo cierto es que Gray se demoró hasta 1876 para acudir a la oficina de patentes a registrar su invento.

Para su sorpresa, dos horas antes, el ya conocido Alexander Graham Bell había ido a registrar una invención similar ¿Conoció Graham Bell la creación de Gray y se la birló? No hay pruebas de ello. Lo que sí circuló insistentemente fue el rumor de que la invención de Gray era superior a la de Graham Bell y que por tanto el favorecido sería Gray. Pero al parecer, haciendo uso de un contacto en la oficina de patentes, Graham Bell pudo revisar la propuesta de Gray y modificar la suya hasta hacerla muy parecida a la de su rival. Tras dos años de disputas legales, la patente fue otorgada a Graham Bell.
2. Fred Hoyle contra los creadores de la teoría del Big Bang sobre el origen del universo
Fred Hoyle fue un brillante matemático y astrónomo inglés, uno de los primeros en aplicar las ecuaciones de la relatividad en el estudio del cosmos. Igualmente, se le acreditan notables aportes para el cálculo de la edad y la temperatura de las estrellas. También tenía su idea particular sobre el universo, al que consideraba en estado estacionario desde su origen. Entonces el astrónomo y sacerdote belga Georges Lamaitre presentó su postulado del origen del universo a partir de un «átomo primigenio».

La teoría de Lamaitre comenzó a ganar adeptos en la comunidad científica y fue precisamente Fred Hoyle quien, burlándose de ella, acuñó sin querer la frase «Big Bang». En un programa de radio Hoyle declaró algo así como «ahora están hablando de esa tontería de que el universo surgió a partir de una gran explosión ( big bang)». No sabía que estaba dándole el nombre definitivo a la teoría que adversaba, que es la que actualmente genera más consenso sobre el origen del universo.
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1. Thomas Edison contra Nikola Tesla

En 1884 llegó a Nueva York un joven ingeniero electricista croata de origen serbio, de 28 años, sin más recursos que una carta de recomendación para el ya mundialmente conocido Thomas Edison. El célebre inventor estadounidense empleó al inquieto europeo, que algunos años después sería su adversario en la famosa « guerra de las corrientes». Edison venía trabajando en la corriente directa y con ella había logrado encender la primera bombilla de la historia.

En el laboratorio de Edison, Tesla desarrolló la corriente alterna, pero no pudo convencer a su jefe de que era un método más económico, seguro y eficiente para el naciente campo de la transmisión de electricidad. Ante la arrogancia e incomprensión de Edison, Tesla cedió sus patentes casi gratuitamente a George Westinghouse. El resto de la historia es muy conocida; la corriente alterna se impuso como el estándar de la industria eléctrica hasta nuestros días.
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