Una cámara es la herramienta más potente que tiene una persona para contar la verdad y hacer justicia. Pero a veces, es necesario dejar la cámara a un lado y adquirir una nueva posición como ciudadano del mundo: la de asistir y ayudar a quienes padecen las miserias más grandes. Eso fue lo que hizo el fotógrafo Abd Alkader Habak. Pudo salvar a varias personas, pero el dolor de saber que un niño murió sin que él lo pueda ayudar lo aterrorizó, lo destrozó y lo hizo llorar a sus pies. Ya no importaba el rol de fotógrafo, solo importaba salvar vidas de las personas más indefensas de este planeta.
La terrible imagen de un fotógrafo desesperado por no poder salvar la vida de un niño sirio

Abd Alkader Habak tenía una misión: fotografiar cómo llegaban a otra ciudad los civiles que se convirtieron en refugiados al tener que abandonar Alepo. Pero todo cambió cuando un coche bomba decidió acabar con la vida de 126 personas. El rol de fotógrafo se desvaneció y quedó el rol de ciudadano, de salvavidas, de ayuda.
¿Qué sucedió con los civiles de Alepo?

Varios autobuses llevaban a cientos o miles de personas que querían escapar de su antigua ciudad. Querían alejarse de lo que en su momento fue una de las ciudades más lindas de Siria y del mundo. Querían escapar de ese pueblo fantasma que solo puede conducir a la muerte. Pero lo que sucedió no lo esperaban.
Un coche bomba explotó junto a esos autobuses y generó la muerte de 126 personas. Entre ellos, casi 80 niños. Una furgoneta que distribuía patatas fritas llamó la atención de todos los refugiados. La comida fue el llamador, por eso cientos de niños corrieron hacia él. Pero cuando todos esos niños se acercaron, la camioneta explotó. Fue una emboscada para matar, sobre todo, a los niños. Y eso nos duele mucho, le duele al mundo entero.
Antes, se le había asegurado a más de 5000 personas que podrían salir de su ciudad y resguardarse en otra mucho más segura. Pero las promesas fueron en vano. Su salida no fue segura y más de 100 personas fallecieron.
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Una situación que ya no da para más

Siria y, en especial Alepo, están sufriendo. Sus ciudadanos están sufriendo. Desde 2011 que este país atraviesa una guerra civil. Pero no solo sucede eso, también hay ataques por parte de otros países con el objetivo de «solucionar los problemas». El ataque químico, los refugiados, bombardeos, guerra, terror. Siria ya no es un país, Siria es un campo de batalla. Siria ya no tiene historia, monumentos y casi no tiene ciudadanos.
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