La sonda SOHO: veinte años alumbrándonos sobre el Sol

Las misiones espaciales o salen más o menos conforme a lo previsto o fracasan. El SOHO es una de esas rarezas en la que todo ha ido mucho mejor.

La peor tormenta solar de la historia

Unos cuatro meses antes, había comenzado la construcción del Canal de Suez, para unir el Mar Rojo con el Mar Mediterráneo. Tres meses antes habían iniciado su andadura las manecillas de un reloj que se haría famoso con el nombre de Big Ben. Solo un día antes, el estadounidense Edwin Drake había abierto el primer pozo petrolero. Y repentinamente, entre finales de agosto y principios de septiembre de 1859, se abatió sobre la Tierra la tormenta solar más poderosa en la historia de la humanidad.

No había internet que tumbar, ni telecomunicaciones que interrumpir, ni satélites que dislocar, ni ciudades que dejar a oscuras por falta de electricidad. Pero, de haber existido, todos esos servicios hubieran caído en el mundo entero por la furia abrasadora del Sol.

En cambio, el astro rey tuvo que conformarse con dejar a los decimonónicos sin telégrafos, con las praderas quemadas, las ciudades incendiadas y un inmenso calor. El fenómeno es conocido también como el Evento Carrington, en honor del astrónomo inglés Richard Carrington, primero en advertir que el mundo estaba haciendo frente a una erupción solar.

136 años después, en 1995, la NASA y la Agencia Espacial Europea lanzaron la sonda Solar and Heliospheric Observatory, conocida como SOHO, con la esperanza de que nos mantuviera bien informados sobre los caprichos y turbulencias del Sol, que pueden ser tan costosos para los terrícolas.

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Mucho mejor de lo esperado

Por lo general, las agencias espaciales están mentalmente preparadas para que las misiones sufran fallas, esperando que no lleguen a ser catastróficas. Cuando las cosas salen al 100% la felicidad es completa. Es excepcional que una misión espacial resulte significativamente mejor de lo planeado. 

La SOHO es una de esas extrañezas. Fue lanzada en 1995 a monitorear al Sol de cerca, que es cosa seria, y los expertos le asignaron una vida útil de dos años. Todavía da guerra y sin mostrar síntomas de querer rendirse. Quizá fue que llegó a la mejor localización posible.

Está cerca, es decir, a pocos miles de kilómetros, de uno de los puntos lagrangianos. Los Puntos de Lagrange son aquellos donde las gravedades de dos cuerpos celestes, uno grande y uno pequeño, se contrarrestan y los objetos situados entre ellos pueden hacer órbitas más estables.

En el caso de la SOHO, tanto la Tierra como el Sol acordaron dejarla más o menos tranquila. Junto con la Advanced Composition Explorer (ACE), lanzada en 1997, ambas sondas son las principales fuentes de información sobre las llamaradas solares y demás actividades de las que preocuparse en nuestro gigante caliente y sus inmediaciones.

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Vigilante del Sistema Solar

El Sistema Solar es muy engañoso. Aparte del Sol, tiene 8 planetas, 5 planetas enanos, 163 lunas (por ahora) y una cantidad indeterminada de asteroides y cometas. Sin embargo, el 99,9% de toda la masa del sistema está representada por el Sol. Vigilar al Sol es casi que vigilar al Sistema Solar.

Uno de los aciertos de las agencias fue haber equipado la SOHO con hasta doce instrumentos, capaces cada uno de monitorear una o varias variables de la actividad solar, desde temperaturas, velocidades y densidades hasta campos magnéticos y flujos de plasma.

De allí que el trabajo de la SOHO ha sido crucial para comprender todo el sistema, particularmente, la meteorología espacial, un campo todavía más impreciso que el practicado por los pronosticadores del clima en la Tierra, pero de todas formas, fundamental para los viajes espaciales.

Otros provechos que ha permitido la SOHO, como permanente centinela frente al Sol, son el descubrimiento de cometas, que son más visibles cuando se aproximan al astro rey y una mejor comprensión de la física de los neutrinos solares. Acá te dejamos un brevísimo video del momento en el que un cometa impacta al Sol.

¡Nada mal; un veinteañero que se suponía iba a morir sin dejar los pañales!

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