La protagonista de The Handmaid's Tale nos deja un mensaje que todas deberíamos leer

En los últimos tiempos, Elisabeth Moss se ha consolidado como un emblema feminista por su excelente trabajo como protagonista de la serie The Handmaid’s Tale, que le valió anoche el Golden Globe como mejor actriz de una serie dramática. Y es que Moss interpreta a Offred, una mujer que se rebela contra un régimen totalitario durísimo en un futuro distópico.

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Pero no es la primera vez que la actriz interpreta un personaje que empodera a las mujeres. Allá por el 2007, Moss se lució con el rol de Peggy en Mad Men, una joven que ingresa a una agencia de publicidad en extremo machista como secretaria y logra romper el techo de cristal para convertiste en una de las creativas más brillantes de la compañía. El impacto de su evolución en la audiencia fue tal que la imagen de la escena en la que camina por última vez por los pasillos de la agencia luego de renunciar se convirtió en un símbolo del feminismo, el poder y la confianza en uno mismo.

También destaca su rol en Top of the Lake, en el que interpreta a una detective que investiga la desaparición de una niña de 12 años, en medio de una trama que deja en evidencia los conflictos del patriarcado y la violencia de género.

La realidad supera a la ficción

Si bien Moss expresó en una entrevista que no busca papeles específicamente feministas, sino que le interesen a nivel humano, estos roles sin duda parecen encontrarla. Pero su lucha por los derechos de las mujeres no está confinada a los límites de lo profesional: Moss se sumó a la iniciativa Time’s Up, que convocaba a vestir de negro durante la ceremonia. El proyecto está liderado por varias actrices de Hollywood y busca erradicar el acoso sexual laboral no solo del mundo del espectáculo, sino de todos los ámbitos de trabajo.

Imagen Getty Images
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Además, en su discurso de aceptación del Golden Globe, la actriz le dedicó el premio a Margaret Atwood, autora de la novela The Handmaid’s Tale (1985) ( El cuento de la criada, en español), así como a todas las mujeres que tuvieron la valentía de denunciar la injusticia y la intolerancia y lucharon por la igualdad y la libertad. Continuó citando algunas palabras de Atwood:

«No estábamos en los papeles. Vivíamos en los márgenes blancos y vacíos al borde de la impresión. Nos daba más libertad. Vivíamos en los espacios entre las historias».

Esta frase nos habla del silenciamiento que las mujeres hemos sufrido a lo largo de la historia y nos remite irremediablemente a la célebre frase de otra gran feminista, Virginia Woolf:

«Me arriesgaría a adivinar que “Anónimo”, que escribió tantos poemas sin firmarlos, a menudo fue una mujer».

Y es que justamente de eso se trata la novela de Atwood. Si bien esa arista aún no se vio reflejada en la versión televisiva (que ya tiene una segunda temporada confirmada), el libro en realidad constituye la reproducción del relato de una mujer anónima, una criada, encontrado en un depósito muchos años después de los sucesos narrados en la serie.

Voces femeninas

Estas escritoras feministas nos hablan de una batalla mucho más profunda que llevamos adelante y que estamos ganando: la lucha por que las mujeres tengamos voz. Y es eso mismo lo que Moss expresó más adelante en su discurso:

«Ya no vivimos en los márgenes blancos y vacíos junto a la impresión, ya no vivimos en los espacios entre historias. Somos la historia y la estamos escribiendo nosotras mismas».

Así como Elisabeth Moss, Margaret Atwood y Virginia Woolf, todas las mujeres tenemos el coraje y la capacidad para escribir nuestras propias historias y, por suerte, también muchísimas referentes que nos inspiran a hacerlo.