Chanshy, de 13 años, y Putsavanh, de 14 años, decidieron buscar trabajo para ayudar a sus familias. Si bien el trabajo infantil no es para nada recomendado e incluso es ilegal, muchos niños y familias optan por esta alternativa para poder alimentarse y sobrevivir. Fue así que estas dos niñas -cuyos nombres no son reales- llegaron a los hogares que las «contrataron», pero todo se derrumbó en sus mundos al comprender que no llegaron allí para trabajar, sino para convertirse en esclavas.
La pobreza motivó a estas dos niñas a buscar trabajo, pero lo único que encontraron fue esclavitud y terror

El trabajo infantil puede afectar la vida de los niños, pero todo empeora cuando hablamos de esclavitud infantil. El primero, perjudica a los niños y a sus derechos, además de que impide educarse y crecer. La esclavitud, no solo perjudica los derechos universales de los niños sino que además explota a esa persona con el objetivo de beneficiar a otra persona.
Muchas Chanshy y Putsvanh
Las historias de estas dos pequeñas no son casos únicos.
- Hay 5.5 millones de Chanshy y Putsvanh a lo largo de todo el mundo.
- 85.344.000 niños son vendidos o traficados.
- 168 millones de niños trabajan y, por lo tanto, vulneran sus derechos.
- A su vez, en los últimos 5 años, se ha incrementado en un 20 % el trabajo infantil en menores de edad de entre 15 y 17 años.
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Dos historias estremecedoras

Chanshy llegó a un hogar donde fue encerrada y durante los tres años que «trabajó» allí no recibió ningún tipo de pago ni retribución por sus tareas. «Trabajé desde la mañana hasta la medianoche. Cocinaba, lavaba la ropa, limpiaba, alimentaba a los perros. No podía salir de esa casa. Instalaron cámaras para observarme. Estaba atrapada dentro de la casa».
Un día logró escaparse. Mientras la familia dormía, decidió trepar la pared e irse de allí.
Putsavanh trabajó durante mucho tiempo sin casi descansar y tampoco fue retribuida económicamente por su trabajo. « Cuando no estaban contentos con mi trabajo, me golpeaban. Un día me golpearon tan fuerte en los oídos, que no pude escuchar nada más durante mucho tiempo», manifestó.
También logró escapar. El perro de sus «empleadores» la mordió y encontró en esa situación el momento perfecto para escaparse.
La esclavitud parece algo muy lejano en el tiempo pero, lamentablemente, sigue existiendo hasta el día de hoy. Y hay millones de niños que están padeciendo esta violación a sus derechos.
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