Todo nuestro cuerpo está recubierto por la piel, el órgano más grande de todos y el que nos protege de los ataques exteriores. En este artículo te voy a hablar sobre la piel y su capa protectora. Un dato interesante que te gustará saber es que la piel está continuamente renovando sus células y que el polvo que tienes en casa es, en mayoría, piel muerta.
La piel y su capa protectora

El órgano más grande
También es el órgano más grande de los animales, no sólo del ser humano. La piel de un adulto pesa alrededor de 5 kilos y cubre una superficie de más o menos dos metros cuadrados. Su grosor varía entre los 0.5 milímetros en los párpados (la zona de nuestro cuerpo donde la piel es menos gruesa) y los cuatro milímetros en el talón. También es conocido como sistema Tegumentario.
Por cierto, ¿sabías que si se pudiera desenrollar la piel y los nervios y todos los componentes de nuestro cuerpo podríamos cubrir un campo de fútbol?
Capas de la piel
La piel tiene tres capas principales, la epidermis, la dermis y el tejido subcutáneo.
Epidermis
Está formada en su mayoría por queratina, un tipo de proteína. Esta capa tiene una estructura muy compleja que a su vez está formada por varios estratos diferentes: germinativo, espinoso, granuloso, lúcido, córneo y disyunto.
La piel sirve para ayudar a respirar a las células, cubre el cuerpo, lo protege, ayuda a la regulación térmica corporal, reconoce los elementos patógenos y filtra la luz.

Dermis
Es una capa profunda de tejido conjuntivo, está formada por células de colágeno y otras células muy elásticas de forma paralela, otorgando a este órgano la consistencia y elasticidad adecuada.
Tejido subcutáneo
El tejido subcutáneo o la hipodermis es la capa más profunda de la piel y está compuesta por lo aquello que más nos importa, si se puede decir así. Contiene la grasa, los vasos sanguíneos, los ligamentos y los nervios cutáneos.

La capa protectora de la piel
Nuestra piel es ligeramente ácida y se regula a través del sudor, las glándulas y los componentes hidrosolubles. Esta capa ácida, en torno a los 6,5 pH, es la encarga de protegernos de las bacterias y funciona como un escudo.
Ducharse demasiado o tomar el sol con asiduidad, actúan en contra de nuestra capa protectora, deteriorándola y no permitiéndola regenerarse como es debido, esto puede ser muy mal para la piel, produciendo rojeces, heridas e incluso cáncer de piel, esto último sobre todo por el exceso de sol.
¿Sabes por qué la piel de los bebés es más suave? Porque es entre un 20 y un 30 por ciento más fina, porque se seca más rápidamente, haciendo que su tacto sea más delicado.
Te invito a que sigas leyendo sobre las curisosidades del olfato o sobre cuántos músculos tiene el cuerpo humano.









