La nueva película de Scorsese tendrá una proyección especial en el Vaticano

No son dos cosas que uno asocie a priori, películas de Scorsese y autoridades religiosas del Vaticano.

PUBLICIDAD

Las primeras son famosas por su lenguaje procaz, su violencia, sus excesos, el consumo de drogas y personajes trastornados, dementes y/o criminales.

Es difícil imaginar a miembros de la Iglesia Católica particularmente interesados en esta clase de contenidos.

Sin embargo, Martin Scorsese prepara ahora el lanzamiento de una nueva película, titulada Silencio, que parece más apropiada para este público religioso.

Tal es así que la película será proyectada especialmente en el Vaticano para más de 400 miembros de la Iglesia y otros invitados.

Es una imagen interesante: centenares de hombres con sotana sentados en una enorme sala, como si fuera una misa; salvo que la homilía la dará Martin Scorsese y la ceremonia consiste en una película ambientada en el siglo XVII en el Japón feudal.

Probablemente no haya alfombra roja ni glamour ni todo el protocolo habitual para las premieres hollywoodenses, pero esta será la primera función oficial de la nueva película de Scorsese en todo el mundo.

El Papa Francisco no estará presente en la función, pero se ha informado que es probable que Scorsese se reúna por separado con él.

La película, de la que Scorsese ha dicho que es un proyecto muy personal que lo ha apasionado y que quería hacer desde hace décadas, narra la historia de dos jóvenes sacerdotes jesuitas portugueses, interpretados por Andrew Garfield y Adam Driver, que viajan a Japón para encontrar a su mentor ( Liam Neeson), quien se rindió a la apostasía (la renuncia a la fe) tras ser torturado.

Imagen IMDb

En esa época, el cristianismo estaba prohibido en Japón, y sus creyentes eran perseguidos, torturados y ejecutados. Miles de japoneses cristianos fueron asesinados durante los más de 250 años que duró esta prohibición, finalmente levantada en 1873.

PUBLICIDAD

Los protagonistas terminarán en la misma situación que su mentor —el tráiler reciente evidencia que la violencia estará presente como es habitual con Scorsese—, debiendo elegir entre la renuncia a la fe o su ejecución.

El título de la película hace referencia al momento en que su protagonista busca una respuesta de Dios ante su situación. No escucha otra cosa que silencio.

Los temas religiosos y conceptos asociados al catolicismo han estado presentes en la obra de Scorsese desde siempre (el director fue criado en un entorno devotamente católico, y antes de querer ser cineasta quería ser cura), conflictos en torno a la culpa, el pecado y la redención.

Pero abordados de un modo que tal vez resulte blasfemo e irreverente vistos en la perspectiva dogmática de la Iglesia (baste como ejemplo su clásica película  La última tentación de Cristo, odiada y boicoteada por grupos cristianos).

Tal vez Silencio sea finalmente la puerta de entrada para que las autoridades religiosas del Vaticano comiencen su apreciación de Scorsese y sigan después con otros clásicos como Taxi Driver, Goodfellas o The Departed.