La increíble historia de Anthony Weiner, el político estadounidense adicto al sexting

A comienzos de este año, en el prestigioso Festival de Cine de Sundance, un documental titulado Weiner se llevó el premio del jurado en su categoría.

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Desde entonces, la película comenzó a cobrar notoriedad: recorrió festivales, se estrenó en Europa, estuvo disponible en servicios de streaming y no paró de cosechar elogios de medios especializados y de toda la crítica.

Así, el documental llegó a mis oídos hace unas semanas. No tenía ni idea de qué se trataba. Leí la sinopsis:

“Una exploración de la campaña para la alcaldía del desacreditado congresista de Nueva York Anthony Weiner, y del panorama político actual”

La política estadounidense, en medio de la campaña presidencial y de las candidaturas de Hillary Clinton y Donald Trump está pasando sin dudas por un momento memorable (cuando no preocupante), así que eso del “panorama político actual” sonaba interesante, más de lo que hubiera sido en otros momentos tal vez.

Entonces vi el documental. Y, tal como aseguraban, es asombroso.

Los realizadores — Josh Kriegman y Elyse Steinberg—hacen un gran trabajo, adoptando generalmente la técnica de «mosca en la pared» (pasar desapercibidos y filmar sin intervenir), siguiendo silenciosamente al congresista Weiner durante su campaña, sus escándalos y su vida familiar, pero incluyendo también una parte de entrevista al candidato, fragmentos de la cobertura de otros medios y, en general, una cuidadosa selección de momentos clave que dotan al documental de una idea y un propósito bastante claro acerca de los temas y conflictos que quiere reflejar.

Pero lo mejor de la película, como suele suceder en los mejores documentales, es la historia misma que cuenta. Una de esas historias que si fueran ficción sería acusada de inverosímil y poco creíble.

Anthony Weiner, gran político, peor persona

En 2011, Anthony Weiner era un popular congresista de Nueva York, miembro del Partido Demócrata.

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El documental comienza con una intervención suya en el congreso, en la que defiende con gran vehemencia una ley que pretende ayudar a los oficiales (bomberos, policías, paramédicos, etc) que sufren graves secuelas de salud tras haber ayudado en el 9/11. Los republicanos se oponen a la ley.

Allí vemos que Anthony Weiner es un político de raza, increíblemente carismático y elocuente, admirable en la defensa de sus ideas y convicciones. Y que además defiende causas nobles.

Esta buena imagen de él no dura demasiado.

A mediados de 2011, Weiner hizo pública por error a través de Twitter una foto suya bastante comprometedora, un primer plano en ropa interior, destinada a una de sus seguidoras en Twitter. El escándalo sobrevino. Luego de varios días en los que negaba ser el de la imagen y alegaba que le habían hackeado la cuenta, finalmente dio una conferencia de prensa admitiendo que había “intercambiado mensajes y fotos explícitas con al menos 6 mujeres durante los últimos tres años”. El popular sexting.

Se tuvo que disculpar no solo por esto, sino por mentir sobre que la foto no era suya.

Imagen Getty Images

Posteriormente, otra foto íntima suya, originalmente destinada a una mujer, se filtró en la web.

Con todo esto, y con el apellido del candidato (Weiner es muy parecido a “Wiener”, que se podría traducir como “salchicha” pero naturalmente se utiliza con otros significados de doble sentido), los medios se hicieron una fiesta con el escándalo.

Weiner se vio obligado a renunciar al congreso.

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En el medio, quedó atrapada su esposa, Huma Abedin, quien, por su parte, también desempeña un cargo de importancia política: es la mano derecha de Hillary Clinton.

El documental enfatiza en el estrecho vínculo personal y profesional entre Huma Abedin y la ahora candidata a la presidencia de los Estados Unidos. Hillary Clinton es mentora y una figura casi maternal para Abedin. Abedin ha estado junto a Clinton desde hace 20 años, desde que era Primera Dama, pasando por el senado y la secretaría de estado, hasta su actual campaña presidencial.

Huma Abedin perdonó a su esposo por el escándalo del sexting, en un gesto que tenía importancia personal y familiar para ellos dos, pero también alcance político.

Imagen Getty Images

Weiner estaba preparado para que los votantes le dieran una segunda oportunidad.

Así que, con el valioso respaldo de su esposa y con la intención de dejar atrás todo lo acontecido, Weiner se postuló como candidato a alcalde de Nueva York en 2013.

Esta es la campaña en la que se centra el documental.

En ella, Weiner comienza nuevamente a mostrar toda su madera como gran político. A pesar de la resistencia inicial, mucha gente empezó a mostrar su apoyo a un candidato que, más allá de sus errores (que habían quedado en el pasado) sin dudas tenía gran potencial, ideas claras y la convicción y la experiencia para llevarlas a cabo si era elegido.

En el documental se puede ver cómo, a diferencia de sus contrincantes, Weiner despierta un gran entusiasmo en la gente. Se mezcla con los votantes, realiza mitines en los que canta y baila, se gana a la comunidad latina, ondea la bandera de la diversidad en la marcha del orgullo LGBT... en definitiva, un candidato muy fuerte y convincente...

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Eso, hasta que, a mediados de 2013, nuevas fotos íntimas salen a la luz y queda en evidencia que, durante la misma campaña, Weiner seguía enviando fotos íntimas a otras mujeres.

Se supo que, bajo el seudónimo de “Carlos Danger”, se enviaba mensajes de tono sexual con una joven de 22 años.

Nuevamente, y a pesar de su exitosa campaña para alcalde, se convirtió en el hazmerreír de los medios de chismes y farándula, y en un idiota decepcionante para cualquier neoyorquino que había considerado votarlo.

Huma Abedin, casi renunciando a su dignidad, lo volvió a perdonar, dando una conferencia de prensa conjunta, con la intención de mantener el impulso de la campaña. Algunas voces en el documental sugieren una forma de violencia psicológica y abuso por parte de Weiner a su esposa (hay una charla íntima entre ambos cuando surge este segundo escándalo, en la que él les pide a los documentalistas que salgan de la habitación).

Después de este segundo escándalo, su jefe de campaña renunció y, naturalmente, perdió casi todo el apoyo de sus votantes.

Eventualmente, perdió las elecciones de septiembre de 2013, obteniendo menos del 5% del electorado y quedando en el quinto puesto.

Todo esto es lo que narra el documental, haciendo énfasis en las divisiones y cruces entre la esfera pública y la privada, y el papel que juegan los medios de comunicación, entre otras cosas.

Un corolario (in)esperado

Lo que viene después no llegó a estar en el documental, pero es igual de interesante.

Anthony Weiner, ya alejado de las urnas, se dedicó a trabajar como consultor, apareciendo en diferentes medios, y a hacer lobby. Su vida pública se mantuvo bastante tranquila entonces.

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Hasta esta semana, cuando un nuevo escándalo de sexting vio la luz.

Y se las arregló para ser sorprendente, pese a todo lo anterior.

La imagen que se filtró evidencia que Weiner estaba sexteando mientras estaba en la cama junto a su hijo. Ni siquiera tomó la precaución de dejar a su hijo fuera de cuadro.

Imagen Getty Images

Este último escándalo público, finalmente, llevó a Huma Abedin a presentar su divorcio.

La situación, pese a lo ridícula que es y ha sido, termina siendo tal vez hasta inesperadamente relevante.

Este desenlace en el matrimonio de Anthony Weiner y Huma Abedin, llega a pocos días de la elección presidencial entre Hillary Clinton y Donald Trump.

Huma Abedin es la principal asesora de confianza de Hillary Clinton en su campaña y es por lo tanto una figura muy importante y decisiva. Muchos se preguntan si su escándalo personal, si todo esto en lo que la metió su esposo, no terminará por afectar incluso a Hillary.

Como mínimo, la historia de Abedin y el perdón a su marido tiene reminiscencias a la de la propia Hillary que decidió perdonar a su esposo Bill Clinton y seguir en su matrimonio tras el escándalo con Monica Lewinsky.

Donald Trump, fiel a su estilo, no se mantuvo ajeno a la polémica.

En un comunicado dijo que “hace mucho tiempo que conozco el Sr. Weiner y ella estará mucho mejor lejos de él”, pero también se hizo eco de la situación tratando de sacar rédito político de ella.

Según Trump, este escándalo puede traer problemas de seguridad nacional, ya que Clinton obtuvo hace unos días su primer informe de inteligencia como candidata del Partido Demócrata, de parte del FBI. “Me preocupo por el país, ya que Clinton puede haber sido descuidada y negligente con esa información clasificada y dejarla en cercanías de Weiner” dijo Trump.

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Pues así es: la historia de cómo el envío de fotos clandestinas en ropa interior puede afectar el destino político de Estados Unidos y del mundo.