La fuerza vital y la síntesis de Wöhler

Vamos a hablar de la química orgánica. La química de los seres vivos. La química de la vida. Esta es la idea que permaneció desde que se empezó a estudiar estos compuestos, aceptando que había algo distinto en el interior de estos compuestos, lo que el gran químico Berzelius llamó "fuerza vital".

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Berzelius y la idea de fuerza vital

Pero ¿quién fue Berzelius? La importancia de este químico en la historia de la química es trascendental. Por nombrar algunos de sus logros: fue uno de los primeros en aceptar la teoría atómica de Dalton, en la que los átomos tienen partes eléctricas positivas y partes eléctricas negativas, hizo una tabla de pesos atómicos referidos al hidrógeno, diseñó la nomenclatura química tal y como la usamos actualmente, escribió uno de los libros más influyentes en la química "Textbook of Chemistry".

Pero sobre todo se le daba bien acuñar términos. Por ejemplo, eligió el término "halógenos" para un grupo de elementos con propiedades semejantes (F, Cl, Br, I), las palabras "catálisis" y "proteína" también son suyas, así como la primera referencia a la Química orgánica. Berzelius (1779-1848) eligió este término porque observó que la totalidad de compuestos provenían de seres "organizados", y aceptó la idea del vitalismo.

Imagen Wikimedia

Según opinaba estos compuestos estaban imbuidos de una fuerza vital, que habían adquirido por provenir de seres vivos, y que la existencia de esta fuerza vital impedía que estos compuestos fuesen sintetizados en ninguna de las maneras conocidas hasta el momento.

El tremendo y justificado respeto que se le tenía a Berzelius provocó que la mayor parte de científicos ni tan sólo intentasen sintetizar este tipo de compuestos, lo que en parte retrasó los avances en este campo. Hasta que como sucede muchas veces en ciencia, accidentalmente se comprobó que estaba equivocado, y fue un alumno suyo, Friedrich Wöhler, quien lo comprobó.

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La síntesis de Wöhler

Wöhler (1800-1882) era un ayudante y amigo  de Berzelius, famoso por aislar el aluminio, cuando estaba intentando sintetizar cianato amónico, un compuesto inorgánico, a partir de cloruro amónico y cianato de plata, otros dos compuestos inorgánicos. La gran sorpresa de Wöhler fue comprobar que lo que había sintetizado no era el esperado cianato amónico, sino urea, uno de los principales componentes de la orina humana, un compuesto orgánico. Su sorpresa fue mayúscula y escribió a su maestro Berzelius sobre su descubrimiento:

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"Debo decirle que soy capaz de sintetizar urea sin la necesidad de un riñón, ya sea de hombre o perro; la sal amónica del ácido cianhídrico es la urea".

Pero Wöhler no parece abrazar la idea de una química orgánica "terrenal", al contrario, creía que la hipótesis del vitalismo era tremendamente bella y mostraba su postura en otra célebre cita:

"La gran tragedia de la ciencia, el asesinato de una hermosa hipótesis por un hecho feo"

Pero, ¿qué fue lo que sucedió? Tanto el cianato amónico como la urea contienen los mismos elementos químicos en la misma proporción, pero organizados de un modo distinto, eran isómeros (compuestos con la misma composición pero distinta organización).  La reacción que Wöhler estaba tratando de hacer era la siguiente:

AgNCO (cianato de plata) + NH4Cl (cloruro amónico) → NH4NCO (cianato amónico) + AgCl (cloruro de plata)

Pero con lo que no contaba es con la mayor estabilidad de este otro compuesto que se obtiene a partir del cianato amónico:

NH4NCO → (urea) H2N-CO-NH2
Imagen Thinkstock

Este descubrimiento fue fundamental por dos razones: por un lado fue un impulso fundamental al estudio de los compuestos orgánicos y, por otro, el descubrimiento de los isómeros supuso un nuevo campo de estudio para esta ciencia. Un hallazgo accidental por otro lado. ¿Qué otros hallazgos accidentales conoces?