La fantástica conversión de un bosque minado en un paraíso para el ecoturismo

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Es muy común y odioso convertir un bosque o una pradera en un campo de minas; menos frecuente es la buena noticia de la transformación de un terreno minado en un campo de verdor libre de peligros.

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Ironías de la guerra

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Todavía en los años 1960, Líbano era un país tan agradable para residentes y turistas, que le decían « La Suiza del Medio Oriente». Hasta que en los años 1970 se inició una salvaje guerra civil en la que se desataron todos los demonios.

El conflicto, protagonizado principalmente por milicias religiosas y seculares, terminó a comienzos de los años 1990, con un estimado de 150 000 muertos. Como es práctica común durante las guerras, muchos terrenos fueron minados, entre estos algunos que albergaban bosques de los famosos cedros del Líbano, espacios que todo el mundo se cuidaba de visitar.

Una terrorífica práctica conservacionista

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Demás está decir que los cedros quedaron protegidos de la deforestación porque nadie quería ir a buscar madera para terminar saltando por los aires por la explosión de una mina. Tampoco los libaneses que solo deseaban pasear por sus célebres arboledas podían hacerlo.

El cedro del Líbano es afamado desde la antigüedad por su belleza, dureza y durabilidad. Según la tradición hebrea, en la construcción del templo del rey Salomón se empleó solo cedro del Líbano, hasta el punto que el árbol también es llamado Cedro de Salomón. La preciosa madera también se utilizó en el Templo de Artemisa en Éfeso y los faraones egipcios hacían construir sus embarcaciones con cedros libaneses.

El abuso en su explotación ha reducido los bosques de cedros libaneses hasta solo un 5% de la extensión original, sobreviviendo una pequeña cantidad de árboles gracias a las abominables minas.

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De enterrador de minas a guía de turismo

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Una de los pocos espacios del Líbano donde se conservan arboledas de cedros es la reserva natural de Tannourine. Con el patrocinio de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, el bosque de Tannourine fue objeto de una limpieza de minas y hoy es uno de los principales lugares del país para el ecoturismo.

Varios de los guías son adultos que conocen muy bien el bosque porque en sus tiempos de soldados juveniles trabajaron haciendo el minado, con el fusil al alcance de la mano por si eran atacados ¡Pasar de ser enterradores de minas a amables guías de turistas por los mismos campos en los que hicieron la guerra, no es un cambio de oficio que se vea todos los días!

Tres de los lugares más minados del mundo son la frontera entre Corea del Norte y Corea del Sur, la línea fronteriza Irán-Irak y la franja que separa la base militar estadounidense de Guantánamo de la República de Cuba ¿Podrán crecer alguna vez unos hermosos bosques en esos peligrosos territorios, ya limpios de sus aterradores artefactos de muerte? ¡Esperemos que así sea!