La ciencia descubrió que las adicciones se pueden detectar en el cerebro incluso después de la muerte

No es novedad que las adicciones afectan al cerebro, pero ahora un nuevo estudio publicado en el Journal of Addiction Research and Therapy, sostiene que los cambios generados por las adicciones en el cerebro, pueden detectarse aún después de la muerte.

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Este hallazgo no solo puede ayudar a los investigadores forenses a entender cómo las personas vivieron y murieron, sino que también permite analizar por qué para los adictos es tan difícil dejar los hábitos, aún si han permanecido limpios por un tiempo.

Cambios en la actividad neuronal

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Los científicos explican que cuando hacemos actividades realmente placenteras, como tener relaciones sexuales o consumir drogas, se activa una proteína llamada FosB en las partes del cerebro que forman el circuito de recompensa.

Al combinarse con otras proteínas, FosB se une a los sitios receptores que promueven la expresión de algunos genes neuronales, que logran alterar la actividad de las neuronas relevantes.

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Estudios han demostrado que cuando las personas desarrollan adicciones, la proteína FosB sufre una constante tensión ocasionando cambios epigenéticos y alterando su expresión genética por la adición de ciertas moléculas a su ADN. Esto ocasiona que la proteína se convierta en otra ligeramente diferente llamada DeltaFosB

El problema es que la proteína Delta FosB es más estable que FosB, y eso significa que permanece en el cerebro durante un período de tiempo más largo, ocasionando cambios más duraderos en la actividad neuronal, reflejados en anhelo y dependencia.

Examinando el cerebro post mortem

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Un grupo de científicos liderados por Monika Seltenhammer del Departamento de Medicina Forense de Viena,  examinó los cerebros de 15 adictos a la heroína fallecidos recientemente. La investigación reveló que la proteína DeltaFosB podía detectarse en las regiones del cerebro responsables del placer y la memoria, 9 días después de morir.

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Para los científicos, existe la posibilidad que la proteína persista por más tiempo en individuos vivos. Esto indicaría por qué los adictos en recuperación anhelan la droga después de dejarla por un tiempo y por qué se dan las recaídas.

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Los expertos ya planean un proyecto de seguimiento que se llevará a cabo con la colaboración del Instituto de Farmacología y el Centro de Investigación y Ciencias de la de MedUni en Viena.

El principal objetivo es averiguar cómo la activación de DeltaFosB se puede prevenir y cómo podría utilizarse para tratar la aparición del comportamiento adictivo.

La investigación podría ayudar al desarrollo de nuevas estrategias para tratar las adicciones, comprender mejor por qué ocurren las recaídas y buscar la manera de evitarlas.