Los humanos somos bastante débiles y la exposición a peligros o ambientes fuera de lo que estamos acostumbrados nos mata, pero existen seres todo terreno capaces de sobrevivir a casi todo.
La ciencia descubre por qué los tardígrados son los seres más resistentes que existen y quizá podamos usarlo para nuestra especie

Los tardígrados, también conocidos como osos de agua, son el animal más resistente del planeta. Estas criaturas de ambientes húmedos o acuáticos pueden sobrevivir a casi todo, pero ¿cómo lo hacen? La ciencia ha descubierto el secreto en su particular ADN.
La ciencia descubre por qué los tardígrados son capaces de resistir los ambientes más duros
Los tardígrados son considerablemente pequeños, llegando a medir apenas 0,5 milímetros, pero su tamaño no los hace más delicados sino que al revés, ya que estos animales acuáticos son también los más resistentes del planeta.
No importa el frío, calor, radiación, presión atmosférica o falta de hidratación, los tardígrados son capaces de resistir extremos impresionantes y por ello científicos japoneses quisieron saber qué los hacía tan duros y para ello analizaron su ADN.
Investigadores de la Universidad de Tokio pasaron ocho años estudiando el genoma de estos osos de agua y los resultados a los que llegaron no solo revelan la fuente de su resistencia, sino que también sirven para saber si es posible aplicar este secreto de la naturaleza a los seres humanos.
Los tardígrados poseen proteínas muy especiales que están encadenadas a su ADN y que crean una especie de escudo protector sobre este permitiendo que estos pequeños animalitos puedan, por ejemplo, sobrevivir en ambientes en que las temperaturas van entre los -200 y 150º C y pasar hasta diez años sin recibir agua, además de protegerlos de la dañina radiación.
Dsup, la proteína secreta de los tardígrados podría aplicarse a las células humanas
La proteína mágica que sirve como escudo a los tardígrados recibe el nombre de Dsup (supresor de daño) fue aislada por los científicos en el laboratorio con la idea de saber si esta puede ser añadida al ADN de las células humanas y ejercer el mismo efecto.
Los científicos japoneses editaron la genética de células renales humanas añadiendo la proteína Dsup para luego exponerlas directamente a rayos X, también hicieron lo mismos a células renales sin modificar.
Aquellas células que tenían la protección del Dsup mostraron un 50 % menos de daños producto de la radiación que los tejidos normales, un descubrimiento importante y que podría llevar a avances a la hora de proteger el cuerpo humano en ambientes extremos, como por ejemplo el espacio exterior, o ante tratamientos médicos que incluyen radioterapia.
Un descubrimiento más que importante no solo para entender a los tardígrados sino que también en la búsqueda de formas de hacer nuestro cuerpo más resistente ante condiciones hostiles.
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