El hogar es donde uno se siente más a gusto y si bien es algo que muchos disfrutamos y damos por sentado, son muchas las personas que se ven forzadas a dejarlo.
La casa cubierta de crochet y su significado para los refugiados

De acuerdo a las cifras de la UN Refugee Agency, cada día 34 000 personas deben dejar sus hogares debido a conflictos o persecución. Y como reporta la agencia, hay 21,3 millones de refugiados en el mundo.
El comienzo del proyecto
La artista polaca Olek tuvo la tarea de construir una instalación de arte basada en un tradicional hogar sueco del siglo 19, para el museo Verket en Avesta, Suecia. Pero al unir fuerzas con un grupo de mujeres refugiadas de Siria y Ucrania, su proyecto se volvió mucho más grande y valioso.
En ese tiempo, pudo conocer a las refugiadas y compartir historias que le permitieron comprender cómo es esa realidad que involucra a tantas personas.
Una acción valiosa
Mientras trabajaban juntas realizando en crochet, las franjas de tela para la instalación, comenzaron a compartir historias y fotografías. La artista conoció la vida pasada de esas mujeres refugiadas y sus casas destruidas en fotografías, luego de ser atacadas por bombas.
Movida por esas historias, Olek decidió volar su instalación de crochet para ilustrar la situación que viven cientos de miles de refugiados. La artista lo grabó en video y cuando las refugiadas que habían ayudado en el proyecto lo vieron, se conmovieron hasta las lágrimas.
El mensaje positivo
La artista no quería que el proyecto terminará así, quería un final positivo como símbolo de un futuro más esperanzador para todos, en especial para los refugiados. Fue así que junto a un grupo de mujeres, la artista comenzó a trabajar en una nueva etapa del proyecto, la de construir un símbolo de esperanza en el que se luciera la colaboración de todas.
El símbolo tomó la forma de dos casas rosas en crochet, una en Avesta, Suecia y la otra en Keneva, Finlandia (que además esa casa misma era sobreviviente de guerra).
Durante tres semanas, un grupo de voluntarios y mujeres de un centro de asilo pudieron hacer crochet juntos. Con la asistencia de un equipo profesional de Polonia, lograron producir más de 300 metros cuadrados, que luego usaron para cubrir completamente la casa.
La artista asegura que la casa rosa no es sobre el trabajo artístico en sí, sino sobre la capacidad de unirse como comunidad y ayudarse mutuamente. Definitivamente una manera de generar conciencia sobre una realidad que preocupa y afecta día a día.






