Quien fue el presidente más joven de Estados Unidos intentó en reiteradas ocasiones ocultar sus dolores más profundos. Incluso, fue ese mismo dolor —y la forma de enfrentarlo— que le impidió reaccionar cuando le dispararon. Kennedy tenía puesto un corsé firmemente atado; según el Dr. Thomas Pait, neurocirujano espinal, con ese corsé era prácticamente imposible inclinarse para eludir los disparos.
Kennedy: un presidente que se sobrepuso al dolor toda su vida

Kennedy, en una antítesis que parece difícil de evitar, hizo lo opuesto a Frida Kahlo: ocultó su dolor y se sobrepuso a él para darles confianza a los ciudadanos estadounidenses y no mostrar debilidad como presidente de ese país.
Un presidente «fuerte»

Fue el presidente más joven de Estados Unidos, pero a la vez, el más vapuleado por una aflicción constante de espalda, además de otras enfermedades crónicas. No obstante, él nunca dejó de mostrar fortaleza.
Incluso, fue recién en 2002 cuando comenzó a saberse más de los dolores que Kennedy experimentó toda su vida. El neurocirujano Justin Dowdy dijo, según la CNN, que «le sorprendió la profundidad del dolor de Kennedy» y agregó que durante mucho tiempo soportó un gran dolor, a pesar de su corta vida, y que lo sorprendió «cómo fue capaz de ocultarlo al público y a sus adversarios políticos».
Cómo comenzó todo
Cuando tenía 2 años tuvo escarlatina. Luego, durante toda su adolescencia, pasó internado por dolor abdominal y en sus articulaciones. Además, perdía peso constantemente. Finalmente, tras varios análisis, le diagnosticaron úlcera péptica o colitis.
A ese dolor se le sumó el dolor de espalda crónico durante sus estudios en Harvard. ¿Cómo? Sufrió una lesión en un partido de fútbol que le daño un disco intervertebral. Desde ese momento comenzó a usar corsé ortopédico regularmente.
Para quitarse el dolor se sometió varias veces a cirugía, pero sin éxito. En su carrera para llegar a ser presidente de Estados Unidos, comenzó a recibir medicación intravenosa para calmar el dolor pero se volvió, por decirlo de alguna manera, adicto.
Su última presencia pública iba a ser también su último día con el corsé. Le había prometido a médico que al volver de Dallas dejaría el corsé y buscaría otras opciones para mejorar la salud de su espalda.
Kennedy sufrió mucho por causa de sus dolencias físicas. Pero se esforzó para ocultarlas por lo que para él era un bien mayor: la confianza y tranquilidad de su gente.
- Te interesará: «25 imágenes de la vida de JFK»






