Investigación sugiere que dos explosiones de estrellas distantes podrían haber cambiado la vida en nuestro planeta

Cuando una estrella masiva llega hasta el final de su vida, su núcleo colapsa sobre sí mismo causando una explosión épica llamada supernova que ilumina todo el cielo. Si este fenómeno está suficientemente cerca de la Tierra, puede bombardearla de energía altamente radiactiva.

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Por eso llama especialmente la atención un estudio desarrollado en el seno de la Universidad de Kansas, recientemente publicado, que explora las posibilidades de que la explosión de dos estrellas o supernovas pudiera tener efectos sobre la vida en la Tierra hace entre 1.7 y 8.7 millones de años.

Los indicios del efecto de las supernovas

Imagen Thinkstock

Los científicos encargados del estudio han usado modelos computarizados para seguir la radiación que llegó a la atmósfera terrestre y así descubrir los efectos provocados en su día y cuánta de esta energía queda hoy en nuestros suelos.

Lo sorprendente es que atendiendo a estos modelos, las explosiones debieron causar una enorme luz azul sobre el cielo nocturno tan potente que provocaría que los patrones de sueño de los animales fuesen interrumpidos durante semanas.

Es más, la espectacular explosión debió exponer la atmósfera terrestre y toda su vida biológica a un largo chorro de radiación cósmica durante miles años. Como es lógico, este aumento tuvo que provocar sustanciales efectos en nuestro planeta.

La investigación sugiere que la radiación sobre la faz de la Tierra pudo llegar a triplicarse, por lo que provocó mutaciones mucho más veloces de lo normal y aumentó las frecuencias cancerígenas, pudiendo incluso acelerar la evolución.

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Una era de rayos

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Al caer esta enorme cantidad de radiación sobre la Tierra, la atmósfera debió ser ionizada, destrozando átomos y moléculas y permitiendo que los electrones camparan a sus anchas. La electricidad sería conducida con mayor facilidad, por lo que la ratio de rayos se ampliaría mucho durante miles de años.

Debido a estos fenómenos, puede ser que el propio clima del planeta cambiase y que causase un gran número de incendios descontrolados, convirtiendo bosques en sabanas.

Sea como fuere, ahora toca observar los registros geológicos para saber si estas supernovas tuvieron más consecuencias que los incendios y las mutaciones.

Se cree que ambas explosiones de estrellas tuvieron lugar a unos 300 años luz de la Tierra, aunque algunos resultados indican que una de ellas pudo tener lugar a la mitad de esa distancia.

No obstante, aunque aquellas explosiones transformasen la vida en la Tierra, no debemos preocuparnos por los efectos sobre nosotros hoy día ni en un futuro próximo. Este tipo de fenómenos se producen durante periodos de tiempo de millones de años, así que podemos terminar tranquilos lo que estemos haciendo y seguir siendo felices en la vida.