El sol se une al litio, un metal alcalino no muy abundante, para crear un innovador panel transparente que puede hacer de ventana mientras genera energía.
¿Imaginas si las ventanas de los edificios fueran baterías autorecargables?

Una buena noticia para Argentina, Chile y particularmente Bolivia, países que comparten el « triángulo del litio» donde está la mayor reserva mundial de ese metal.
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Otro aporte del litio

En nuestro artículo « Como el silicio, el litio también merece tener su valle», nos referimos a los servicios que el litio presta a la humanidad, particularmente en el campo de la telefonía celular.
Los primeros móviles pesaban casi un kilo principalmente por su batería de níquel-cadmio. La invención de la batería de iones de litio fue fundamental para llevar el peso y tamaño de tu inseparable compañero a los que tienen actualmente.
Científicos japoneses de la universidad de Kogakuin acaban de presentar un prototipo de un producto de alta tecnología en la que el litio vuelve a ser protagonista.
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Otro novedoso uso para la energía solar

El sueño de la ciencia es producir energía como las plantas, pero la fotosíntesis está lejos de ser replicada. La fotosíntesis artificial es un campo intensamente estudiado, pero todavía en pañales.
Producir un cloroplasto de laboratorio que conduzca a la fabricación de células y hojas artificiales, aparte de resolver el problema energético, permitiría sanear nuestro contaminado medio ambiente, ya que las plantas consumen dióxido de carbono y generan oxígeno.

Mientras llega para la humanidad ese glorioso momento de contar con células artificiales capaces de emular la fotosíntesis, hay que conformarse con las células fotovoltaicas, que transforman los fotones de la luz solar en energía utilizable.
Son estas células, unidas a los iones de litio, las que han permitido a los científicos nipones desarrollar un panel transparente que puede generar energía sin obstruir la visibilidad, por lo que sería ideal para sustituir las ventanas tradicionales de los edificios.
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La revolucionaria ventana

El material desarrollado es tan fino, que su espesor puede alcanzar los 80 nanómetros (recuerda que un nm es la mil millonésima parte de un metro, o lo que es lo mismo, un milímetro dividido por un millón).
Algo tan fino es transparente, de allí que puede hacer las veces del cristal de la ventana. El sistema no solo aprovecha parte de la energía solar que suele golpear con inclemencia a las ventanas de cualquier tipo, sino que también la acumula en los iones de litio, por lo que la llegada diaria del ocaso no sería un problema.
Y todo sin perder esas bellas vistas panorámicas que nos proporcionan las ventanas y acristalados que venimos usando desde hace milenios, cuando los fenicios inventaron el vidrio ¿Qué te parece la novedad?









