¿Te has dado cuenta de que siempre que hace frío tienes muchas más ganas de ir al baño? No es tu imaginación: sí hay una explicación científica de este fenómeno.
Hay una explicación científica de por qué tienes más ganas de ir al baño cuando hace frío

No se trata de algo malo, no estás enfermo ni nada, solamente es tu sistema urinario respondiendo a los cambios climáticos que tienen efecto en todo tu cuerpo.

El secreto fisiológico de la orina

La especialista en Urología del Hospital Universitario Puerta del Mar en España, Blanca Madurga, explicó a la BBC que la reacción se debe a cómo se distribuye la hidratación del cuerpo respecto a la temperatura del ambiente. La doctora lo ejemplica utilizando el verano y el invierno.
«Cuando hace frío, nuestro cuerpo no está tan dilatado como en verano y es algo muy fácil de comprobar si miramos nuestros pies o nuestras manos. Esa hinchazón se produce porque hay una retención de líquidos», explica Madurga, quien agrega que es normal y le pasa cualquiera independientemente de la frecuencia con a la que vayan al baño.

También esta reacción fisiológica sucede gracias a que los climas fríos impiden al cuerpo generar la energía calorífica suficiente para sudar. Recuerda que nuestro organismo elimina toxinas y el exceso de líquido a través de la orina y el sudor.
Y ya que hablamos del frío....
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Evidentemente el frío produce otras reacciones en nuestro organismo como la " urticaria frígore", la cual provoca picor, enrojecimiento e hinchazón en diferentes partes del cuerpo. La gente que padece esto no solo reacciona al clima frío, también tienen malestares al entrar en contacto con agua fría, el viento helado o cuando comen alimentos congelados.
Los síntomas van desde el malestar general (cuerpo cortado) hasta cosas más severas, como la dificultad para pasar la comida y para respirar, mareos y pérdida del conocimiento. Las primeras complicaciones suelen presentarse una hora después de las exposición al frío.

El test del "cubito de hielo"

Para diagnosticar este padecimiento, los especialistas suelen realizar un test de provocación por frío. El más sencillo de estos es el "test del cubito de hielo", que consiste en colocar un cubo de hielo en el antebrazo por cinco minutos aproximadamente.
Se aplican varias exposiciones y entre cada una se esperan 15 minutos, tiempo en el que debe aparecer un bulto o urticaria. El objetivo general del test no es identificar si se padece la alergia, sino de determinar qué tan grave y a qué cosa se reacciona de peor manera.
No cabe duda que el frío es más grave de lo que uno pensaría.
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