Guillermo del Toro celebra a los jóvenes e inmigrantes que hacen sus sueños realidad en los Premios Oscar

La forma del agua fue una de las grandes ganadoras de los  Premios Oscar 2018. La historia de amor entre una chica muda y un hombre era una de las favoritas de la noche y no decepcionó.  Guillermo del Toro, el director de la película, ganó su primer Oscar a mejor director y se convirtió en el tercer mexicano en conquistar la categoría. 

PUBLICIDAD

Fue una noche tranquila, de ganadores algo predecibles, pero no por eso menos emotiva. Del Toro subió al escenario dos veces, una cuando recibió la estatuilla por mejor director y después el gran premio de la noche: mejor película. Ambas veces dio discursos tan inspiradores que merecen ser compartidos. 

Los discursos de Guillermo

Mejor director:

Soy un inmigrante como Alfonso [Cuarón] y Alejandro [G. Iñárritu], mis compadres. Como Gael [García Bernal], como Salma [Hayek] y como muchos de ustedes. En los últimos 25 años he estado viviendo en un mundo que es todo nuestro. Parte está aquí, parte está en Europa, parte está en todos lados. Porque creo que lo más grandioso que hace nuestro arte, nuestra industria, es borrar las líneas en la arena y deberíamos continuar haciéndolo cuando el mundo nos dice que las hagamos más profundas. El lugar donde más me gusta vivir es en Fox Searchlight porque, en 2014, vinieron a escuchar un pitch enloquecedor con un par de dibujos y la historia y la maqueta. Y creyeron que hacer una historia de hadas sobre un dios anfibio y una mujer muda en el estilo de Douglas Sirk, y de un musical y un thriller era una gran idea.

El cine es un reflejo de la sociedad, puede ser mágico y tiene el poder de cambiar la forma en la que pensamos, y el director lo sabe. En su discurso él hizo hincapié en el poder que tienen las historias para acercarnos a los otros, a ver la humanidad en todos y derrumbar barreras en el proceso. 

Fue muy sencillo, pero en una época donde la política mundial está haciendo lo contrario, un discurso sobre la unión puede ser muy poderoso.

Mejor película:

Para este, el mayor premio de la noche, él se mostró como lo que realmente es: un soñador de cosas imposibles, un niño mexicano que miraba muchas películas y que nunca perdió la sensibilidad e imaginación para hacerlas posibles. Si él pudo lograrlo, nosotros también. 

Era un niño enamorado de las películas y crecí en México. Creí que esto nunca podría suceder — sucede. (...) Quiero decirles, a todos los que sueñan con parábolas, con usar géneros y fantasía para contar las historias sobre las cosas que son reales en el mundo de hoy, lo puedes hacer. Esto es una puerta. Patéala y entra.

No hay sueño demasiado grande, demasiado absurdo, que no se pueda cumplir. Si un niño que soñaba con monstruos que se enamoraban de mujeres, con faunos y vampiros ancianos pudo llegar a ser uno de los directores más celebrados del mundo, ¿por qué nosotros no? Lo único que necesitas es ser como Guillermo: un soñador que trabajó mucho.