Guerra de Vietnam: la terrible historia detrás de esta foto y la esperanza de un futuro mejor

Es una de las fotos más icónicas de la historia, según Time. Y es que fue la foto que simbolizó el horror de la Guerra de Vietnam.

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El 8 de junio de 1972, Nick Ut capturó este horrible momento. Un pueblo de Vietnam había sido atacado con napalm, una sustancia muy inflamable. Muchos niños corrieron por el temor pero también por el dolor. Kim Phuc se estaba quemando viva cuando Nick capturó la foto y comprendió lo que estaba pasando. Inmediatamente corrió a ayudar a los niños y en especial a ella que era la más herida.  

Ella gritaba « está demasiado caliente, demasiado caliente». Y Nick decidió tomarla y llevarla al hospital. Sus quemaduras de tercer grado cubrían el 30 % de su cuerpo y era muy poco probable que sobreviviera allí. Nick juntó dinero junto a otros colegas y lograron trasladarla a una instalación estadounidense para salvarle la vida.

El horror de la Guerra de Vietnam se vio reflejada en esa foto. La crueldad de una guerra que parecía no tener fin trascendió al mundo entero y todos se indignaron al saber que lo más inocentes eran los más dañados.

Kim Phuc era tan solo una niña en ese entonces. Pero se convirtió en toda una mujer y así es como está ahora.

Su historia de vida

Se salvó de ese cruel momento, pero el dolor que las terribles marcas le causaban era imposible de quitar. Estuvo 40 años con ese terrible dolor hasta que encontró una cura en Estados Unidos.

Después de recaudar dinero, Kim pudo viajar e iniciar un tratamiento quirúrgico que le permitía reducir las marcas en su cuerpo y, sobre todo, terminar con el dolor.

«Durante muchos años pensé que no tendría más dolor ni cicatrices solo cuando esté en el cielo. Pero ahora la tierra es el cielo para mí», contó según The Guardian.

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«Solo deseo que un día esté libre de dolor. Ningún medicamento ni ningún médico puede ayudarme a curar el corazón», agregó. Y es que si bien el tratamiento pueden curarla los daños en su interior parecen ser irremediables.

Pero Kim logró avanzar en su vida. Dejarle de prestar atención al dolor para ser un poco menos infeliz. Lo logró: en su vida hay más felicidad que tristeza y mucho más ahora que logró conseguir un tratamiento. Pero, además, Kim creó una fundación para «ayudar a curar las heridas sufridas por niños inocentes y devolver la esperanza y la felicidad a sus vidas». ¡Y tú también puedes colaborar!