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Fraudes de la ciencia: Paul Kammerer y su intento de demostrar la herencia

Publicado 9 Abr 2008 – 08:43 AM EDT | Actualizado 2 Abr 2018 – 09:15 AM EDT
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Revisando la Web me topé con un artículo que recomiendo sobre los 10 mayores fraudes y engaños en el mundo de la ciencia. Recorre varios personajes que pasaron a la historia no por su talento ni su prodigiosa inteligencia, sino simplemente por su capacidad para engañar al mundo en su intento por ser reconocidos.

Me parece interesante ir indagando en los fiascos que hicieron temblar el suelo de la ciencia y por eso es que propongo presentarles, en diferentes entregas, a los más grandes embusteros de todos los tiempos.

Hoy voy a presentarles la historia de Paul Kammerer, un científico australiano que en la década de 1920 intentó probar la llamada herencia de Lamarckian, es decir, que un organismo puede adquirir una determinada característica adaptativa y luego pasársela a su descendencia.

Para hacerlo, utilizó una especie particular de ranas ( Alytes obstetrcians) que se aparean en tierra, a diferencia de la gran mayoría de las ranas que lo hacen en el agua. Estas últimas se caracterizan por desarrollar una especie de chichones en las piernas que les facilitan la tarea. La prueba de Kammerer consistió en encerrar las ranas en el agua, pues según él, desarrollarían chichones al igual que las ranas que se aparean en el agua; y a la vez, se los pasarían a sus crías.

Al parecer, el experimento fue todo un éxito. La comunidad científica aplaudió el descubrimiento con vivo entusiasmo, mientras que las ranas de Kammerer deslumbraban al mundo entero.

Sin embargo, la alegría duró muy poco. En 1926 el Dr. G. K. Noble estudió las famosas ranas y descubrió atónito que los chichones negros eran de hecho, una concentración de tinta negra que alguien les había inyectado a los animales.

Como no podía ser de otra manera, Kammerer fue humillado por la prensa especializada y sus propios colegas. Si bien, él negó por completo ser el responsable de esos actos, echando las culpas a un joven ayudante de laboratorio, lo cierto es que decidió suicidarse unos pocos días después de descubierto su fraude.

Conocer estos hechos nos invita a pensar cuántas de las teorías e hipótesis que hoy manejamos de forma habitual y que jamás nos animaríamos a contradecir, son en verdad, fraudes aún sin descubrir.

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