El 13 de marzo del 2013 un nuevo hito quedaría marcado en la historia argentina. Luego de varios días de deliberación en un hermético Cónclave, una fumata blanca emergió por la chimenea de la Capilla Sixtina anunciando la elección de un nuevo Papa.
Francisco: 4 años del Papa que nos tomó por sorpresa a los argentinos

Probablemente, cada uno de los argentinos recordemos el momento exacto en el que los medios de comunicación anunciaron su nombre: el elegido era Jorge Bergoglio bajo el nombre papal de Francisco.
No todas eran caras felices en aquel entonces. Muchos sectores del arco político expresaron su preocupación sobre las consecuencias que podría tener a nivel local la llegada del Cardenal Bergoglio al Vaticano.
Hasta entonces, el nuevo Papa era recordado por su férrea oposición al proyecto de ley de Matrimonio Igualitario, (aprobado en Argentina en el 2010) y su figura estaba asociada a la época de la Dictadura militar argentina. Desde los sectores más progresistas se temía que siguiera la linea conservadora de su predecesor y junto con él, nuestro país.
Spoiler alert...

Sin embargo eso no pasó. Hoy, el Papa Francisco encabeza un proceso de modernización de la Iglesia Católica que lo ha llevado a proclamar ideas nunca escuchadas por parte un Sumo Pontífice.
Si bien todavía estamos lejos de reformas concretas, el Papa ha mostrado una postura más abierta al diálogo en temas que hasta ahora eran tabú, como el matrimonio entre personas del mismo sexo, el aborto, el divorcio, el rol de la mujer en la iglesia, los casos de pedofilia, el ateísmo y la fe en Dios.
Política y justicia social

En el plano local, desde su asunción, Francisco se reunió con casi todo político, famoso, deportista y personalidad de nuestra farándula que podamos imaginar. Tal es así que recientemente expresó su fastidio por la cantidad de visitas que recibía de personajes que no coincidían en lo más mínimo con él pero que iban solo por la foto.
A través de su mensaje de inclusión y justicia social, Francisco se ha posicionado como una voz defensora de los desamparados y los que menos tienen en Argentina.
El mandatario incluso le ha marcado la cancha a políticos de varios sectores a través de sutiles mensajes, dejando en clara su posición en temas como la corrupción, la inmigración, los capitales económicos extranjeros y el cuidado a los más vulnerables.
Pero más allá de estar a favor o en contra de las posturas de Francisco, hay que reconocer que su uso de la diplomacia como vehículo para influenciar la política local argentina es, por lo menos, cuestionable.
¿No me creés? Supongamos esto...

Los años pasan y las sociedades se transforman. El divorcio, que años atrás no era aceptado, es hoy una práctica de lo más común en nuestro país. ¿Qué pasaría si, en el futuro cercano, se da el contexto social para promover medidas con una visión diametralmente opuesta al Vaticano en temas como separación iglesia/estado, educación sexual, eutanasia y aborto? ¿Tendrían esos dirigentes la cintura política necesaria para impulsar su agenda o sucumbirían a la sombra de la influencia papal?
Si bien se trata de un simple escenario hipotético, no por que no suceda hoy significa que sea imposible. Por otro lado, estos temas no hacen más que señalar algunos de los desafíos a los que deberá enfrentarse la Iglesia Católica en el futuro para consolidar el proceso de modernización que comenzó Francisco.
Los desafíos son muchos, pero no caben dudas de que el Papa está destinado a ser recordado como uno de los más influyentes de la historia. Alguien que tomó las riendas de la institución en un momento histórico crucial en el que la Iglesia debía replantear su camino o enfrentar una grave crisis institucional.
Si bien a esta historia le quedan varios capítulos y está lejos de terminar, en estos 3 años el Papa Francisco se encargó de marcar un legado duradero muy difícil de revertir. ¿Con qué nos sorprenderá mañana? Solo él lo sabe...






