Ya todos sabemos quién era Felipe Romero, el niño de 10 años que fue asesinado por su director de baby fútbol. Su historia indigna, da bronca y malestar, nos hace desconocernos entre nosotros y cuestionar a nuestra sociedad.
Felipe no fue el único: la preocupante realidad de los niños y la violencia en Uruguay

La trágica historia de Felipe conmovió al país entero. El niño y su entrenador, Fernando Sierra, estaban desaparecidos desde el jueves, después de que Sierra hubiera retirado al niño de la escuela sin permiso de su madre.
El sábado la policía encontró sus cuerpos en Villa Serrana cada uno con un disparo en la sien.
Víctima de violencia y abuso
La historia del abuso y homicidio de Felipe Romero a manos de su entrenadorhttps://t.co/POJfaUlRbF
— Telemundo (@TelemundoUY) April 24, 2017
Pero la historia se continuó agravando cuando, a través de la autopsia, se pudo confirmar que Felipe había sido víctima de abuso sexual.
La justicia dictaminó que serán citadas a declarar la madre del menor, Alexandra Pérez, la maestra y la directora de la escuela Nº 2 de Maldonado. También podrá ser llamada la psicóloga del niño.
Mientras la justicia decide cómo proceder para hacer justicia por Felipe, cientos de personas se acercaron a despedir los restos del niño en Maldonado.
NO es un caso aislado

El caso de Felipe adquirió mucha notoriedad, pero lamentablemente no se trata de un caso aislado.
Como informa el diario El Observador, el sistema nacional de protección a la infancia registra 7 denuncias o situaciones de violencia o abuso sexual contra niños diariamente. Y se estima que son aproximadamente más de 2 mil denuncias al año.
Solo por mencionar dos casos más, el año pasado, en Mercedes, Alan Montero de 9 años, fue asesinado por su padre, quien luego se suicidó. En Valizas, el mismo año, un hombre se fugó con su hijo de 3 años y luego lo asesinó y se suicidó.
El nombre de Felipe logró trascender todavía más debido a la difusión de su fotografía para obtener noticias sobre su secuestro. Pero lo cierto es que son muchos los niños que se vuelven víctimas de violencia en sus seres más queridos.
Para que no haya más niños como Felipe, es necesario no correr la mirada a esta preocupante realidad que vulnera la vida de tantos niños uruguayos.
Nuestra preocupación ahora debe estar en el futuro de los tantos niños que no alcanzan a vivir la infancia que merecen.
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