Estudio sugiere que conflictos familiares del pasado pueden afectar tu sistema inmunitario hoy

La ciencia desde hace algún tiempo ha establecido que hay una conexión entre la mente y el cuerpo que puede afectar nuestra salud. Pero además, especialistas en investigación médica han descubierto que las emociones negativas crónicas pueden debilitar nuestro sistema inmunitario, mientras que las emociones positivas a largo plazo logran impulsarlas.

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Las emociones negativas incluyen depresión, soledad y estrés crónico. Steve Cole, del Centro de Psiconeuroinmunología de UCLA demostró hace unos años que las emociones negativas afectan la expresión de los genes asociados con el sistema inmunitario.

El efecto de las emociones de la infancia en la salud del presente

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Ahora un nuevo estudio publicado en la  Proceedings of the National Academy of Sciences sostiene que, de acuerdo a una investigación, los adultos que sufrieron una infancia conflictiva habían suprimido el sistema inmunológico décadas después, haciéndolos más susceptibles a resfriados y enfermedades.

El estudio en cuestión contó con psicólogos de varias universidades y la investigación buscaba comprender cómo la separación de padres y madres y el manejo de esa separación, afecta la salud del niño a largo plazo.

Pudieron comprobar que aquellos padres que tenían una separación conflictiva, que no se hablaban o que se gritaban, tenían hijos que al llegar a la edad adulta, tenían tres veces más probabilidades de enfermarse.

Según los psicólogos, la ansiedad en la infancia puede influir en la susceptibilidad de la enfermedad hasta 40 años después.

Para llegar a esa conclusión, los investigadores reunieron a 201 adultos normales, que fueron puestos en cuarentena. Luego cada uno fue expuesto al virus que causa el resfriado común.

El equipo de especialistas les monitoreó durante cinco días y vio que los que habían sufrido un trauma en la niñez como una separación hostil o divorcio, eran más propensos a enfermarse.

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La innegable conexión entre mente y cuerpo

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Los expertos sostienen que las experiencias estresantes de la vida temprana hacen algo a nuestro organismo y los procesos inflamatorios que aumentan el riesgo de una salud débil y de enfermedades crónicas.

Todavía no se sabe qué mecanismos están detrás de este cambio en la salud, pero el estudio comprobó que las infancias estresantes tienen consecuencias incluso de dos a cuatro décadas más tarde.

Si bien se trató de una muestra pequeña, los expertos esperan poder seguir investigando para la comprensión del vínculo entre mente y cuerpo y cómo afecta nuestra salud.

Sin duda la relación entre mente y cuerpo es sorprendente y no es la primera vez que pasa que las emociones negativas le juegan una mala pasada al organismo.

Mientras que en el caso de la salud, la falta de sueño tiende a ser la principal causa de un sistema inmunológico débil de acuerdo a un estudio de la Universidad de California.

Lo más interesante de este estudio más reciente es que se trate de una experiencia del pasado que sigue manifestándose y repercutiendo en el presente.