Esto es lo que piden las actrices argentinas a toda la sociedad (y no, no es trabajo)

El colectivo Actrices Argentinas, conformado por más de 400 profesionales de todas partes del país, es mucho más que una suerte de sindicato: es un consolidado grupo que defiende los derechos de todas las mujeres. Este 11 de diciembre apoyó y acompañó la denuncia pública y penal de la actriz Thelma Fardín al actor Juan Darthés por abuso sexual cuando ella tenía 16 años y él 45.

Thelma fue quien relató en primera persona el abuso sexual perpetrado en 2009 en un impactante video que se transmitió en vivo durante una conferencia de prensa convocada por Actrices Argentinas, a la que asistieron todos los medios locales, como así también de Alemania, España, México y la BBC.

Pero antes de que se transmita el video, el colectivo leyó una importante carta que armaron entre todas, dirigida para toda la sociedad. La leyeron por tramos las actrices Dolores Fonzi, Muriel Santa Ana, Lali Espósito, Alejandra Fletchner, Mirta Busnelli y Jazmín Stuart. En el escenario, había más de 50 actrices, incluyendo a Thelma.

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El pedido de las Actrices Argentinas

Como ya sabemos, el movimiento de mujeres y otras diversidades sexuales se propone desterrar un régimen de violencia e impunidad sostenido tanto desde el Estado, como en cada espacio donde se juegan relaciones de poder. Están presentes en nuestros trabajos y lugares de formación. El precio que nos ha sido impuesto a la hora de desarrollarnos profesionalmente ha sido el de callar y someternos. Según una encuesta reciente de SAGAI, el 66 por ciento de les intérpretes afirmó haber sido víctima de algún tipo de acoso y/o abuso sexual en el ejercicio de la profesión. Se parece más a una norma que a una excepción. Porque, ¿a quién vamos a denunciar? ¿Al jefe de casting? ¿Al dueño de la productora? ¿Al director de la obra o película? ¿Al maestro de teatro? Es sabido que este es un fenómeno que ha sacudido internacionalmente a la industria del espectáculo y es funcional a ella. Hoy decimos basta. Escúchennos: el tiempo de la impunidad para los abusadores debe terminar. Las actrices somos ignoradas al denunciar y exponer los abusos. Se duda sistemáticamente de nuestras voces, de nuestros testimonios. En nuestro ámbito laboral se nos aísla frente a vivencias traumáticas que están naturalizadas, que llevan a veces años identificar y poner en palabras. Mientras tanto, el abusador habla, actúa y trabaja con total impunidad y pretende hacer a la víctima responsable de su propio abuso. En nuestro medio, la opresión y cosificación son moneda corriente. Se erotiza y sobreexpone a niñes y adolescentes en la industria del entretenimiento. Estamos casi siempre desprotegidas por quienes nos contratan. Por ejemplo, se envía a menores de edad de gira sin tutelaje suficiente y adecuado. En nuestro medio no hay protocolos de acción frente a casos de abuso; y la lista podría seguir, es inmensa. Necesitamos herramientas para enfrentar estas cuestiones que además se ven agudizadas por la precariedad laboral y la falta de trabajo. Contra todas esas formas de violencia y para que esto cambie, nos ponemos a trabajar desde hoy para dar esa batalla. Donde la Justicia y el Estado obstaculizan, desestiman, demoran, estigmatizan a las víctimas o fallan en forma aberrante a favor de los victimarios, como en el caso de Lucía Pérez, nos convocamos para decir basta. Porque el tiempo del silencio se terminó. Asimismo, deploramos que algunos medios intenten llevar la atención hacia el costado más morboso de los conflictos mientras acallan las problemáticas laborales de fondo. Se vuelven cómplices. Le pedimos a la prensa responsabilidad en el seguimiento de este tema y de otros similares. Los abusadores tienen el privilegio de utilizar el sistema de justicia para disciplinarnos. Buscan callarnos iniciando contra quienes se atreven a romper el silencio causas por daños y perjuicios o denuncias penales, Mientras las víctimas sufren las prescripciones, dilaciones, malos tratos y descreimiento por parte del aparato judicial. Thelma pudo radicar la denuncia penal en la justicia pero otras compañeras que narraron haber sido violentadas por el mismo sujeto, no pudieron avanzar judicialmente. La Justicia no actúa con perspectiva de género. Animarse a hacer una denuncia es un acto arriesgado cuando el Poder Judicial nos pone en el banquillo de las acusadas preguntando cómo nos vestimos, qué tipo de vida llevamos o si provocamos los ataques. Frente a este maltrato, esta indiferencia y mordaza legal, las actrices nos organizamos. Frente al Mirá como me ponés, nosotras decimos Mirá como nos ponemos, nos ponemos fuertes, unidas, frente a tu violencia y tu impunidad, estamos juntas. Que se haga justicia por nuestra compañera y por todes. Esto recién empieza.

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