Este era Matías Kruger, el jugador argentino de futsal que falleció trabajando en el subte

El sorpresivo paro en el subte porteño está dando que hablar. No por las consecuencias que sufre el tránsito de la ciudad, sino por la causa detrás de la medida de fuerza: la muerte de Matías Kruger, un operario que fue electrocutado mientras hacía labores de mantenimiento y que jugaba en la Selección Argentina de Futsal.

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El joven tenía 24 años y era oriundo de Villa Lugano. Su vida estaba atravesada por el fútbol sala, su pasión. A lo largo de su corta carrera vistió las camisetas de Nueva Estrella de Lugano, America del Sud, la Selección Argentina y Boca Juniors, tras un paso por Estados Unidos.

En 2012 integró el equipo que salió 3ero en el Sudamericano Sub 21 de Venezuela, mientras que el año pasado se consagró campeón de la Copa América, venciendo en la final a Paraguay 4 a 1.

Como en Argentina el futsal es, al igual que muchos otros deportes, una práctica amateur, Matías era además operario de mantenimiento en el subte de Buenos Aires, una profesión que compartía con su padre. Para repensar.

Falleció electrocutada por una descarga de 1500 voltios mientras reparaba un aire acondicionado de una formación en el taller Colonia de la Línea H.

En declaraciones a radio Vorterix, el secretario general de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) comentó que se trata del 5to trabajador muerto en menos de 8 años. La noticia vuelve a poner en el centro de la polémica a Metrovías, empresa que concesiona el servicio de subte desde hace casi 20 años. 

No solo están en la mira los protocolos de seguridad dispuestos por la empresa para sus trabajadores, sino que además la prestación general del servicio deja mucho que desear. Averías constantes y un servicio intermitente que lejos está de cumplir su promesa de «un tren cada tres minutos».

Tampoco ayudó en ese sentido la gestión de la Ciudad. Bajo los últimos dos mandatos, se agregaron a la red  18 estaciones de los 10 kilómetros por año prometidos. Los constantes aumentos de tarifas y compra de material rodante usado e incompatible a España son solo algunas de las medidas más polémicas de la gestión.

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Sin embargo, es poco probable que la situación cambie. Si bien ha habido intentos de quitarle la concesión a Metrovías, la alternativa de que el estado se haga cargo de la operación del servicio no aparece en los planes.

Ante esta situación, nos corresponde a nosotros como usuarios reclamar por un servicio digno y eficiente y entender a los trabajadores que, mediante estos reclamos, visibilizan la problemática interna de la empresa.