Estas candidatas trans se animaron a la política para defender los derechos LGBT

Daniela Castro, Alma Fernández  y Camila Maza son  precandidatas trans en las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) del 13 de agosto. Las tres sueñan con llegar a las generales, ganar y principalmente luchar para mejorar la calidad de vida de las mujeres trans

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Daniela Castro

Ella tiene 42 años, nació en Mar del Plata y abandonó el secundario a causa de la discriminación que sufría por parte de sus compañeros. En los 90 comenzó a prostituirse debido a que no encontraba otra alternativa para poder vivir.

En una ocasión, la policía le quiso hacer firmar un acta donde decía que ella se encontraba desnuda en la calle y haciendo escándalos. Como eso no fue así, se rehusó a firmarlo y permaneció tres meses detenida, soportando abusos por parte de los guardias, ya que se negaba a realizarles «favores» sexuales.

Desde ese momento se dio cuenta de que además de ser mujer trans y prostituta, también era militante por sus propias convicciones.

Tiempo después, llegó a la ciudad de Buenos Aires y pudo dejar la prostitución. Trabajó cosiendo en un Club del Trueque, después en el sector de Administración de la CTA, en la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia y dando capacitaciones de género a los miembros del Servicio Penitenciario.

Hoy es precandidata a senadora provincial por la quinta sección electoral del partido Vamos, que está conformado por Patria Grande, La dignidad y Peronismo Revolucionario, entre otros.

Quiere entrar en las generales, para luchar por el cupo laboral trans, para que las mujeres trans no encuentren como única vía de trabajo la prostitución.

Alma Fernández

Nació en Tucumán, en el seno de una familia muy numerosa. La extrema pobreza y las pocas opciones de las que disponía, la obligaron a tener que abandonar la escuela en segundo grado y en ese entonces fue que comenzó a travestirse.

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En el 2001 y a sus 13 años, llegó en un camión a la ciudad de Buenos Aires para prostituirse.

Nunca llegó a tener una entrevista de trabajo, por lo que para vivir robaba celulares en el tren Sarmiento y se prostituía en Plaza Flores. Aún hasta el día de hoy, la prostitución continúa siendo su única fuente de ingreso.  

Hace pocos años comenzó a estudiar en el Bachillerato Popular Mocha Celis, terminó el primario, el secundario y actualmente está cursando una Diplomatura en Género y Participación Política en la Universidad Nacional de General Sarmiento.

La educación le abrió las puertas a un nuevo mundo: el de la militancia y la política. Hoy es precandidata a diputada por la Ciudad del partido Ahora Buenos Aires y quiere luchar por la reglamentación del cupo laboral trans.

Camila Maza

Tiene 29 años, nació en Salta y desde los 11 años sabía que quería ser Camila. A los 14 comenzó la transición. Ella tuvo la suerte de tener el apoyo de su familia y sentirse aceptada y contenida en todo momento.

Es profesora de danza clásica, cantante, coreógrafa, actriz y trabaja haciendo distintas animaciones en eventos y despedidas de solteras.

Ella se considera una afortunada por haber tenido el apoyo de su familia y no tener que ejercer la prostitución para poder vivir, pero sabe que la mayoría de las chicas trans no corren con la misma suerte, por lo que es la primera candidata a Concejal trans de Salta en la lista Militancia y Compromiso Social, perteneciente al Partido de la Victoria.

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Quiere trabajar fuertemente en el cupo laboral trans y en el trabajo en negro que hay en su provincia.

Cupo laboral trans

Las personas travestis, transexuales y transgénero constituyen uno de los sectores de la población más discriminados, marginados y estigmatizados.

Sufren violencia institucional, policial, física, sexual y laboral, ya que enfrentan enormes dificultades a la hora de buscar y conseguir un trabajo digno.

En el año 2015 en la provincia de Buenos Aires, se aprobó la Ley 14783 que establece que el 1 % de empleo público debe ser ocupado por personas trans, pero todavía no está reglamentada.

En distintos municipios, universidades y provincias de todo el país se aprobaron proyectos similares, pero el siguiente paso es la real implementación del cupo laboral trans en toda la Argentina, debido a que todos deberíamos tener las mismas oportunidades al momento de buscar trabajo.

No hace falta ser trans para pelear por esto: garantizando la dignidad y los derechos de todas las personas, tendremos una sociedad más justa e igualitaria para todos.