El gusano barrenador del nuevo mundo ha encontrado una nueva víctima: el venado de los cayos de la Florida. Las dos especies han coincidido en tiempo y espacio, y una de ellas se está llevando la peor parte.
Esta larva se está comiendo viva a una especie única en el mundo, poniendo en riesgo su conservación

Las autoridades de los cayos de la Florida confirmaron la semana pasada la muerte de 70 venados a causa de este gusano. La plaga se deriva de la mosca Cochliomyia, también conocida como blowfly o moscarda. Básicamente, esta mosca deposita sus huevos en las heridas abiertas de los mamíferos. Sus larvas se alimentan del tejido vivo del animal infectado hasta que se convierten en moscas y pueden volar.
Durante este período, las larvas consumen vivo al hospedero, convirtiéndolo en una especie de zombie errante. Las heridas son caldo de cultivo para infecciones mortales como la gangrena y pueden perforar hasta afectar órganos vitales y causar la muerte.
El venado de los cayos de la Florida es una especie particularmente vulnerable a los embates de esta plaga. Los machos se propinan heridas en la cabeza y el cuello debido a las peleas con otros ejemplares como parte de la competencia en el proceso de apareamiento. Otra fuente de heridas, aunque menos frecuente, son los accidentes con automóviles. Los cayos de la Florida son una cadena de islas estrechas conectadas por una carretera angosta que es frecuentemente cruzada por los venados, en especial durante la noche.
Este venado es mucho más pequeño y endeble que los venados continentales. Hace unos 13 000 años, los venados de cola blanca emigraron desde la península hacia el terreno que hoy conforma los cayos, antes de que el mar separara ambas regiones. Las especies que evolucionan en islas o territorios pequeños reducen su tamaño considerablemente con el paso del tiempo. Por eso, el venado de los cayos de la Florida es una especie de Bambi comparado con otros venados.

Luego de siglos de caza indiscriminada, las autoridades decidieron proteger las docenas de venados que quedaban en la década de los 50. Se prohibió su caza y se creó un territorio protegido contra la urbanización de 1 000 acres para garantizar su hábitat.
Sin embargo, las autoridades han tenido que sacrificar a los animales infectados. Los venados no tienen el más mínimo chance de sobrevivir a la infección y la eutanasia acorta su sufrimiento y las posibilidades de que la plaga se propague aún más.
¿Qué se puede hacer para erradicar el gusano barrenador?
El Fish and Wildlife Department está trabajando en colaboración con el Agriculture Department para eliminar la mosca causante de estas fatalidades, utilizando insectos estériles. Básicamente, se producen en laboratorios ejemplares hembras estériles y se insertan en la población de moscas de la región durante la temporada de reproducción lo que causa una caída considerable en la presencia de la especie. Este método fue introducido por los científicos Edward F. Knipling y Raymond C. Bushland en 1958 en respuesta a las pérdidas millonarias que causó esta mosca en la industria ganadera.

Pero la efectividad de este método no está garantizada en este caso. Siempre se ha empleado esta técnica en ambientes controlados, pero nunca en especies salvajes de libre hábitat, como es el caso del venado de los cayos de la Florida. Además, los expertos estiman que podría tomar hasta primavera para lograr resultados favorables. Este plazo de tiempo es demasiado largo para una población tan pequeña de entre 800 y 1 000 venados. De todas formas, parece ser la única alternativa por el momento. El gusano puede afectar a otros mamíferos, incluyendo animales domésticos. Pero es muy raro que afecte a los seres humanos.









