¿Es verdad que la medida antiinmigración de Trump es similar a una de Obama?

La orden ejecutiva firmada por Donald Trump, conocida popularmente con el nombre de muslim ban o veto musulmán, suspende el programa de admisión de refugiados en los Estados Unidos por 120 días, y rechaza la entrada al país de personas con las nacionalidades de Irak, Irán, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen, al menos por 90 días.

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También suspende indefinidamente la entrada de refugiados de Siria.

La despreciable e indignante medida fue rechazada enfáticamente no sólo por opositores a Trump y progresistas estadounidenses, sino también por varios movimientos civiles, por miembros del congreso, tanto demócratas como republicanos, por las Naciones Unidas, por grupos defensores de los derechos humanos, por diplomáticos, empresarios, representantes legales y hasta por el propio Departamento de Justicia (la Fiscal General Sally Yates fue despedida este lunes tras negarse a defender la orden ejecutiva). Las repercusiones legales han sido las más complejas y problemáticas y han dado lugar a numerosos conflictos en cortes federales, luego de que varios jueces desestimaran la ley por considerarla inconstitucional o que viola estatutos federales.

Como aspecto positivo, se puede notar que el rechazo generalizado a la orden ejecutiva, las complicaciones legales y políticas que trajo al gobierno y las protestas que se dieron en varios puntos del país, provocaron al menos que se exceptuara de la medida a aquellos ciudadanos con nacionalidades de los países “prohibidos” que tienen la residencia permanente.

Pero con todo esto, también fue necesario que Donald Trump saliera a defender la medida.

Obama lo hizo

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Como cabe esperar para una orden ejecutiva titulada con el eufemismo de “proteger la nación del ingreso de terroristas extranjeros”, la defendió apelando a algunas vaguedades como “seguiremos mostrando compasión por aquellos que huyen de la opresión, pero lo haremos mientras protegemos a nuestros ciudadanos y nuestras fronteras” y “siempre hemos sido la tierra de los libres y el hogar de los valientes, la mantendremos libre y segura, como lo sabe la prensa, aunque no lo dice”.

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Pero después hizo referencia a su predecesor, Barack Obama:

“Esta medida es similar a lo que hizo Barack Obama en 2011 cuando prohibió la visa a refugiados de Irak por seis meses. Los siete países que se mencionan en la Orden Ejecutiva son los mismos que habían sido identificados por la administración de Obama como origen del terrorismo”

Es algo curioso: Trump no ha escatimado críticas e insultos a Obama, pero el razonamiento detrás de esto parece ser algo como “fue idea de Obama así que malo no puede ser”.

En todo caso, no defiende a la medida por lo buena o efectiva que es (o podría ser) sino por la supuesta validación que implica adosar el nombre de Obama a ella.

Pero el asunto es que lo que dice no es enteramente cierto.

La medida de Obama

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Para empezar, la orden ejecutiva firmada por Obama en 2011 se originó en un hecho concreto y legítimamente preocupante.

En mayo de 2011, dos refugiados iraquíes fueron arrestados en Kentucky, sospechosos de estar planeando un ataque terrorista (aparentemente, la única ocasión en que refugiados extranjeros estuvieron asociados a una potencial amenaza doméstica).

Durante la investigación, el FBI descubrió que las huellas digitales de uno de los arrestados habían sido halladas también en un frustado ataque terrorista con un coche bomba en Irak.

La administración Obama interpretó entonces que podía haber una enorme falla en el sistema, al haber permitido el ingreso de un hombre que había estado involucrado directamente en un ataque terrorista en Irak, que ingresó faslificando sus antecedentes y sus papeles.

La orden ejecutiva de Obama limitó entonces la admisión de refugiados de Irak por seis meses, con la intención de llevar a cabo una revisión de los cerca de 60.000 refugiados que habían sido admitidos en el país recientemente. Durante el proceso, sometió los ingresos de refugiados de ese país a un escrutinio mucho más cuidadoso, que involucró una coordinación de las bases de datos de los Departamentos de Seguridad Nacional, de Defensa y del Centro Nacional de Contraterrorismo.

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Con todo esto, el ingreso de refugiados se hizo mucho más lento y disminuyó considerablemente, pero en ningún momento fue prohibido.

Ciertamente, la medida afectó a muchos iraquíes que huían de la guerra en su país y les hizo el proceso mucho más difícil y problemático.

Según otro reporte de Politifact (especializado en el llamado fact check o confirmación de datos), la afirmación de Trump de que los países en su orden ejecutiva son los mismos que antes habían sido identificados por Obama, no es el del todo precisa.

Trump se refiere a una ley aprobada en 2015 por Obama, relativa al programa de exención de visas.

Con este programa, ciudadanos de 38 países podían ingresar al país sin visa por un plazo de 90 días; pero esta ley excluye del programa a aquellos ciudadanos de esos países que hubieran visitado Irak, Siria, Irán o Sudán. Más tarde, se sumaron a esos países Libia, Yemen y Somalia.

Es probable, sí, que estos países hayan sido identificados por la administración de Obama como delicados en lo que respecta al terrorismo y por eso se hayan excluido sus visitantes del programa de exención de visas, pero no hubo ninguna medida que afectara a los ciudadanos de esos siete países.

Barack Obama, que se ha mantenido públicamente en silencio desde que abandonó el cargo, emitió sin embargo un comunicado a través de un portavoz, en el que negó que sus políticas de inmigración fueran similares a las de Trump, y respaldó las protestas realizadas en su contra.