¿En qué consiste el concepto de reparaciones por colonialismo o esclavitud?

Tal vez lo viste en las noticias, especialmente en los últimos tiempos. El concepto de reparaciones es evocado cuando  una nación o población que sufrió algún tipo de colonización o explotación sistémica de sus bienes y/o población a manos de otra nación (generalmente con más poder militar y político) pide ser compensada por los daños sufridos.

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Las reparaciones son dispositivos materiales o morales cuyo objetivo sería el de rectificar un daño hecho.

Las reparaciones pueden ser de distintos tipos, sin por eso excluirse mutuamente. Aunque generalmente se habla de reparaciones por colonialismo o esclavitud, la verdad es que el concepto puede aplicarse a todo tipo de situaciones en la que se considera que el daño hecho fue tan fuerte que sus efectos perduran hasta hoy, por lo que se debe recurrir a algún tipo de compensación.

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A principio de agosto del 2016, el gobierno de Benin realizó un pedido oficial en el que instó a Francia a devolverle sus tesoros culturales, que fueron robados durante la colonización. Estos objetos se encuentran en su mayoría en el museo Branly de Paris, una de las instituciones culturales más importantes del país galo, por lo que es fácil entender por qué Francia no quiere dejarlos ir (Francia aún le niega a Benin el derecho a recuperar sus objetos). De hecho, si todos los países africanos, americanos, asiáticos y oceánicos que han sido colonizados por potencias europeas o norteamericanas recuperaran sus tesoros culturales robados... habría que preguntarse qué tanta cosa quedaría en los museos de dichas potencias.

Pero volvamos al tema de las reparaciones, ya que no todos los casos son tan concisos como el de Benin, cuyo pedido implica objetos tangibles que existen aún. ¿Qué sucede cuando se busca compensar un daño económico hecho cientos de años atrás?

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En Haití se establecieron reparaciones... pero para indemnizar a los opresores.

El tema de las reparaciones es controversial y, muchas veces, mal comprendido. Una idea común es que su aplicación es simplemente imposible, puesto que no se puede cuantificar los daños hechos, por ejemplo, en términos de explotación de personas. Por eso es que resulta irónico que dicho concepto ya se haya aplicado en Haiti, aunque a beneficio de los opresores.

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Toussaint L'Ouverture, líder del la lucha por la independencia de Haiti

El 1ero de enero de 1804 Haiti declaró su independencia, convirtiéndose así en el gran precursor de la libertad sudamericana. Pero Haiti pagó caro su gesto de emancipación. Francia, que había colonizado al país y beneficiado del tráfico de esclavos durante años, obligó a Haiti a indemnizar a los colonos franceses que, por causa de la independencia y subsecuente liberación de los esclavos, eran considerados como "víctimas de expropiación" (de sus tierras y de sus esclavos, puesto que estas personas eran consideradas como propiedades).

Vamos a decir eso de vuelta: Francia, país que en el imaginari o colectivo simboliza la defensa de los derechos humanos, no solo colonizó y esclavizó (y masacró, y pilló, y violó) al pueblo haitiano y africano durante años, sino que, cuando este pueblo logró liberarse, lo obligó a pagar una deuda , so pretexto de que su liberación del horror le hacía perder dinero. En un principio la deuda fue de 150 millones de francos. Luego de que Haiti lograra pagar 30 millones, los dos países firmaron un acuerdo para que la deuda fuera fijada en 60 millones. El acuerdo (y juramos que no inventamos nada) se llamó "El Tratado de Paz y Amistad de 1938".

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Un debate cada vez más actual

"La colonización nunca acabó".

El argumento principal de aquellos que critican el concepto de reparaciones es el del precedente: si se aplica una vez, entonces cada pueblo que haya sido colonizado o explotado de una manera u otra por otro tendrá derecho a ser indemnizado y, puesto que la historia de la humanidad está llena de eventos de este tipo, esto crearía un caos incomensurable. Los ingleses, ¿podrían pedir reparaciones por haber sido ocupados por los romanos varios siglos antes de Cristo? ¿Acaso Grecia, Bulgaria, Rumania y otros cuantos podrían pedirle indemnización al Imperio Otomano?

Si bien se acepta que la idea detrás de las repaciones no es perfecta y no es fácil de aplicar, se considera que este argumento no tiene ningún peso, puesto que la idea es indemnizar a aquellas poblaciones que, aún hoy, siguen sufriendo los resultados de una colonización y esclavitud sistemáticas. El mapa de los países más pobres del mundo se ajusta sospechosamente al de las naciones que más sufrieron la colonización, esclavitud y explotación a manos de colonias europeas y norteamericanas. De la misma manera, ¿será una coincidencia que estas naciones colonizadoras se encuentren justamente entre los países más ricos y desarrollados del mundo actual? La idea es buscar y encontrar una manera de obtener cierta justicia, por más que viajar en el tiempo sea imposible.

Un proceso de indemnización que ya ha comenzado

En un congreso internacional sobre las reparaciones, llevado a cabo en Nueva York en abril 2015, se determinó que Haiti pediría a Francia que se le devuelva la suma pagada luego del ínfame tratado mencionado. Se trata de 21 mil millones de dólares actuales.

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Por su lado, Martínica (isla caribeña aún bajo mandato francés) pide 200 mil millones de euros, que deberían compensar por los daños causados por la esclavitud (la mayoría de la población martiniquesa es descendiente de africanos que fueron esclavizados) así como por la explotación de la riqueza y bienes de la isla. Para Louis-Georges Tin, martiniqués y futuro director de un programa de reparaciones llevado a cabo por la European Reparations Commission:

"Se podría prever que las familias que hicieron fortuna con la esclavitud paguen las becas de estudiantes que lo necesitan. La culpabilidad no es hereditaria, pero los bienes sí lo son. Esos bienes son bienes mal adquiridos. Los propietarios actuales no son responsables pero son beneficiarios".

Vale mencionar que en el 2008, Italia pagó 5 mil millones de euros en reparaciones a Libia, para indemnizar al país africano por los daños causados durante su ocupación de más de 30 años. En Australia, el gobierno se ve cada vez más presionado a pagar compensaciones por las violaciones a los derechos humanos cometidas de manera sistemática contra las poblaciones aborígenas, que hoy sufren la miseria masiva y el desempleo. El gobierno australiano ya ha pedido perdón por las acciones cometidas (que incluían, entre otros horrores, el robo de 50 mil niños aborígenes a lo largo del siglo XX, con el fin de quebrar a las comunidades y efectuar un genocidio cultural) pero, por el momento, no planea pagar indemnizaciones.

Claramente, el debate sobre las reparaciones no hace más que comenzar.