En Guatemala, todavía falta mucho para alcanzar el empoderamiento de las mujeres
En Guatemala, cada año más de 500 mujeres son asesinadas, es decir, que una o más mujeres son asesinadas cada día. Luego de El Salvador y Jamaica, Guatemala es el tercer país con el índice más alto de feminicidios en el mundo entero.
Sin embargo, muchos de estos asesinatos no son investigados por la justicia; tan solo el 4 % de todos los homicidios resultan en una convicción. Además, las mujeres NO son protegidas ni por la justicia ni por sus propias familias, ya que en el 60 % de los feminicidios el asesino es un hombre que tiene una relación cercana con la mujer.
Es evidente que, en el país reina la cultura machista y patriarcal: allí los hombres pueden asesinar a mujeres sin la incertidumbre de si tendrán que presentarse ante la justicia para justificar sus acciones.
En la mayoría de los casos, la violencia hacia las mujeres se manifiesta mediante la tortura, la violación y la mutilación. Luego, los cuerpos inertes de las mujeres son desechados entre la basura, en los callejones, o al costado de las calles, como si fueran basura.
Como vemos, en Guatemala, la igualdad de género está muy lejos de ser alcanzada. En esta triste realidad, las mujeres son consideradas objetos y no seres humanos.
La situación de las mujeres en la economía
Como si esto no fuera suficiente, el rol de las mujeres en la agricultura y la economía es constantemente minimizado. A pesar de tener un rol muy importante en la agricultura y en la producción de alimentos del país, las mujeres y niñas tienen poco acceso a la tierra, a los insumos agrícolas, al financiamiento y al crédito. Esto condiciona sus oportunidades de conseguir empleo, de acceder a los servicios públicos y de participar en la producción agrícola.
El empoderamiento económico de las mujeres rurales
En lo que refiere al sector económico, las organizaciones ONU Mujeres, el FIDA (Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola), la FAO, el PMA (Programa Mundial de Alimentos) implementarán un programa que busca promover el empoderamiento económico de 1.200 mujeres rurales en la región del valle de Polochic en Guatemala. En esta región, más del 78 % de las personas viven en pobreza y más del 37 % en pobreza extrema.
A grandes rasgos, este programa se enfoca en mejorar la seguridad alimentaria, en promover la productividad de las mujeres y permitir su acceso a los insumos y servicios necesarios. Además, busca incorporar la participación de mujeres en las instituciones locales y centrales, implementando políticas con perspectiva de género, y promoviendo reformas para mejorar los derechos rurales de las mujeres. Por último, el programa se enfoca en mejorar el ingreso de las mujeres mediante el apoyo a los negocios dirigidos por las mismas.
En una segunda instancia, una vez que se ponga en práctica y junto con la ayuda del Gobierno de Guatemala, se espera expandir el liderazgo de las mujeres, fortalecer sus instituciones y organizaciones para además promover su participación en la política.
Leyes que «protegen» a las mujeres
Desde el 2008, Guatemala cuenta con una ley que define al feminicidio como un crimen específico contra la mujer y cuya sentencia puede alcanzar los 25 a 50 años sin libertad condicional. Además, se dedicaron unidades de la policía y fiscales específicos para tratar estos casos en particular
Cuando fueron tomadas, estas medidas despertaron esperanzas de que la situación de las mujeres iba a mejorar finalmente. Sin embargo, todavía no se han observado cambios reales y la tasa de feminicidios en Guatemala sigue siendo tan alta como de costumbre. Entre abril del 2015 y marzo del 2016, solo se reportaron 262 casos de feminicidios. No obstante, según estadísticas del gobierno, en los primeros cuatro meses del 2016, un total de 222 mujeres murieron violentamente como resultado de la violencia de género.
¿Donde están la justicia para estas mujeres? ¿Dónde está la protección que necesitan para seguir viviendo? Sin mujeres, no habrá siquiera a quiénes empoderar.