Desde el año 2010, existen las caravanas migrantes: caminatas de más de 3 mil kilómetros de centroamericanos que buscan llegar a frontera norte de México y buscar asilo en Estados Unidos.
Ellas buscan escaparle a la violencia, pero viven un calvario al migrar a los Estados Unidos en caravana


La que acontece este 2018 está compuesta por mujeres, hombres, bebés, niños, jóvenes y adultos de Honduras principalmente, pero también de Guatemala y El Salvador. Sin embargo, esta travesía que busca «el sueño americano» está cargada de xenofobia y odio, pero quienes más la sufren, son las mujeres trans.
Mujeres trans en la caravana migrante

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados ( ACNUR) asegura que la homofobia y transfobia está muy presente en Centroamérica y sobre todo en países como El Salvador, Guatemala y Honduras, donde la comunidad LGBT son blanco de ataques y asesinatos.
Por este motivo, las mujeres trans que conforman esta caravana huyeron de su país por la transfobia y la imposibilidad de conseguir un trabajo digno. Viajan sin los medicamentos ni el tratamiento especializado en hormonas que necesitan.
«Yo estoy huyendo de la violencia, las propias pandillas te amenazan. Te matan. Te insultan. No es un lugar seguro para nosotras. Hace cuatro años asesinaron a mi amiga, solo un día la amenazaron y apareció muerta», relató María durante su paso por el poblado chiapaneco de Pijijiapan al medio México.
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— mexico.com (@MEXICOpuntoCOM) November 13, 2018
No obstante, lamentablemente la transfobia también está presente en la caravana. Tal como publica el medio mexicano La silla rota, a las mujeres trans las sacan a la fuerza de los baños de mujeres, les quitan colchones y frazadas y no les suministran artículos de higiene personal.

No hay seguridad de que lleguen a Estados Unidos
Soportar tal calvario, de igual forma, no asegura poder vivir en Estados Unidos. Lynly Egyes, directora del Centro Legal Transgénero en Oakland, California, explicó a Reporteros Hoy de México que obtener asilo es difícil, incluso aunque se tengan pruebas de que alguien fue víctima de persecución por su condición sexual.
El proceso para que las migrantes transgénero obtengan una audiencia con un funcionario lleva varios días o semanas, y si se les permite avanzar en el trámite, muchas están tan traumatizadas que tienen problemas para contar sus historias. También es mucho menos probable que se les conceda asilo sin un abogado: «Es un proceso horrible y no todas lo logran», explicó Lynly Egyes.

ACNUR asegura que la la comunidad LGTB además sufre diversas vulnerabilidades a la hora de solicitar asilo: interrogatorios insensibles, intolerancia, acoso y violencia sexual y de género durante el desplazamiento forzado.

De acuerdo al International Center For Journalists (ICFJ) y la organización CONNECTAS se desconoce el número de casos de asilo que otorgó Estados Unidos a personas trans, a pesar de que en el año 1994 este país las reconoció como minorías perseguidas.






