¿El veneno letal de esta araña podría prevenir el daño cerebral? Esto dice la ciencia

La araña australiana Hadronyche infensa es una de las más letales del mundo. Su picadura es capaz de matar a un humano en 15 minutos.

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Pero un ingrediente presente en su veneno puede proteger las células cerebrales de ser destruidas ante un derrame cerebral, incluso horas después de ocurrido.

Científicos australianos de las universidades de Monash y Queensland descubrieron el componente en el veneno de esta araña local y publicaron su investigación en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

Una gran problemática

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Ceca de 6 millones de personas sufren daños cerebrales cada año, tras accidentes cerebrovasculares. Es la segunda causa de muerte en todo el mundo después de los ataques al corazón.

Los accidentes cerebrovasculares ocurren cuando el flujo sanguíneo al cerebro se interrumpe y el cerebro se hunde de oxígeno. Aproximadamente el 85% de los accidentes cerebrovasculares son causados por bloqueos en los vasos sanguíneos en el cerebro.

Ahora científicos han descubierto una proteína presente en el veneno de la araña Hadronyche infensa que puede proteger a las neuronas de la muerte celular.

La investigación

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Para probar su teoría, los investigadores usaron pipetas para extraer el veneno de la araña australiana y lo analizaron.

En sus componentes descubrieron la proteína Hi1a, que tiene una estructura similar a otro químico que protege las células cerebrales.

Lo que hicieron fue recrear esa proteína en el laboratorio e inyectarla en ratas. Fue así que descubrieron que esta proteína puede bloquear los canales iónicos del cerebro, que juegan un papel importante en el daño cerebral tras un accidente.

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Sin duda parece algo alocado utilizar el veneno de una araña que puede matarnos en minutos. Pero los expertos aseguran que podría tratarse del primer descubrimiento de una forma de minimizar el daño cerebral tras un accidente cerebrovascular.

Si los ensayos son exitosos y la proteína demuestra ser segura, en un futuro el tratamiento podría ser dado vía inyecciones en el cerebro o vía nasal.