Hace ya unos años se comprobó que el rey de los dinosaurios carnívoros, el tiranosaurio rex, era un dinosaurio más carroñero que cazador. Desde luego que esto hizo caer un poco el rango del terror de películas como Jurassic Park, relegándolo al estatus de “especie carroñera”. Sin embargo, un descubrimiento reciente vuelve a posicionarlo como una especie hábil y con estrategias de caza.
El tiranosaurio tenía el mejor olfato del Cretácico

Las investigadoras Darla Zelenitsky y Francois Therrien de la Universidad de Calgary han estudiado cráneos del famoso dinosaurio y han comprobado que el tiranosaurio rex tenía el mejor olfato del Cretácico y lo utilizaba para cazar presas durante la noche.
Como el cerebro no puede fosilizarse, las investigadoras analizaron las impresiones que éste dejó en los cráneos de tiranosaurio. Considerando estas marcas más la importante prominencia de los bulbos olfativos del extinto reptil, las paleontólogas concluyeron de forma unánime que el olfato del tiranosaurio superaba con creces las capacidades olfativas de sus dinosaurios contemporáneos.
La hipótesis que uno tiende a pensar a priori asocia este excepcional olfato con las actividades carroñeras del tiranosaurio. Considerando que el olfato es una herramienta útil para encontrar carroña, no parece descabellado asociar esta facultad con la búsqueda de carroña por parte del animal. Sin embargo, las investigadoras piensan de forma diferente.
Observando el comportamiento animal de especies contemporáneas que cazan durante la noche, se ha constatado que muchas de ellas han desarrollado un olfato muy agudo para encontrar presas, algo que —según las investigadoras— también ocurría en el caso del tiranosaurio rex.
Esto reabre un campo de estudios muy interesante respecto a las actividades de caza de este animal, cuya importancia había quedado relegada a raíz del descubrimiento de que esta especie prefería la búsqueda de carroña antes de la caza propiamente dicha.
Vía | ElMundo









