El presidente filipino asegura que Dios le ordenó parar de decir groserías

Cuando este jueves (27 de octubre) volvió a su casa en la ciudad de Davao luego de su viaje de tres días a Japón, el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, prometió que de ahora en más empezaría a cuidar su lenguaje.  

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El mandatario asiático aseguró que, mientras volaba de regreso a su país, oyó “ una voz que me decía que pare de decir groserías o haría estrellar el avión. Así que prometí parar” dijo, mientras hablaba con la prensa en el Aeropuerto Internacional de Davao.  

La promesa de Dios es una promesa para el pueblo”, manifestó el mandatario de Filipinas, conocido en el mundo por utilizar lenguaje soez. 

Minutos más tarde, Duterte dejó en evidencia que su promesa no era al 100% concreta. Cuando la prensa local le consultó sobre la posibilidad de que siga diciendo groserías cuando se le hable de Estados Unidos, países de la Unión Europea, el mandatario respondió que eso dependerá del momento.  

“Hijo de perra”

Imagen Getty Images

El papa Francisco

A principios de septiembre pasado, en el marco de la cumbre de la Asociación de las Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) –que lo pondría cara a cara con el presidente estadounidense–, el presidente filipino le envío un mensaje en las horas previas al pactado encuentro: “Usted debe ser respetuoso. No se limite a lanzar preguntas y declaraciones. Hijo de perra, lo voy a maldecir en ese foro”, manifestó.

Obama no fue el único líder mundial que recibió ese insulto de Rodrigo Duterte. En mayo de 2016, cuando el papa Francisco visitó las Filipinas, el tráfico se congestionó. El mandatario filipino, que en ese momento estaba viajando en un auto, preguntó el porqué de tanto alboroto. Cuando le dijeron quién era, el Duterte aseguró: “ Me dieron ganas de decirle, ‘papa, hijo de perra, vete a casa’. No nos visite más”.