Miles de niñas llegan de su escuela y se encuentran con una terrible noticia. Sus padres han decidido que se tienen que casar, es decir, de un momento para otro tienen que crecer, abandonar la educación y estar listas para mantener una casa, tener relaciones sexuales y ser mamás.
El matrimonio infantil destruye la vida de millones de niños. ¿Será posible un cambio?

Esta triste situación es más frecuente de lo que pensamos: 41.000 niñas se casan diariamente. 15 millones de niñas son obligadas a casarse año a año. En 2012, 70 millones de mujeres de entre 20 y 24 años se habían casado antes de sus 18 años. Y 70.000 niñas mueren a la hora de dar a luz: sus cuerpos no están listos para convertirse en madres.

Tristemente, si la tendencia sigue así, 150 millones de niñas se casarán en la próxima década.
Aquellas jóvenes que son obligadas a casarse tienen, generalmente, una vida de violencia y abuso. Además de estar más expuestas a ciertas enfermedades como el Sida.
Historias que erizan

Plan Internacional publicó historias impactantes de niñas que deseaban seguir otro camino pero fueron obligadas a casarse. Sadia tenía 14 años cuando se casó con Sumon. No lo conoció hasta el día de su boda.
A ella le gustaba mucho las matemáticas, además, quería ser docente para darle la oportunidad a otras personas de aprender. Sin embargo, un día llegó de la escuela y recibió una triste noticia: se tenía que casar y abandonar su educación.
Lloró días enteros, incluso lloró en su boda. La primera vez a solas con su esposo, la primera vez que hablaron él le pidió que deje de llorar. Al siguiente día de dar el sí tuvieron sexo por primera vez. “Me desperté por la mañana y me sentí absolutamente terrible. Tomé una larga ducha y lloré mientras estaba pensando acerca de lo que sería ahora mi vida. Lloré por mi libertad que se había ido y e staba triste por haber perdido mi vida”, contó Sadia.
Un día se sintió mal y fue al médico: descubrió que estaba embarazada. “Me sentí completamente impotente. Era solo una niña. No sabía nada de los deberes de ser madre, ¿cómo puedo hacer eso?”. Un día se sintió mal y fue nuevamente al médico. Allí le dijeron que tenían que hacer una cesárea, ella y su hijo corrían riesgo de vida. Finalmente ambos pudieron sobrevivir.
Ella se adaptó a su nueva forma de vida. Sin embargo lo que más le preocupa es que alguna vez a su hija le pase lo mismo. "Quiero difundir el mensaje de que el matrimonio infantil se debe detener. Podría haber muerto el día en que di a luz. Nadie se merece pasar por esto que experimenté”.

Mariama con 13 años recibió la noticia de que pronto se iba a casar. En la escuela los niños la peleaban. La maestra también se reía de ella. Un día decidió dejar la escuela, ya no soportaba las miradas y las risas.
Su madre explicó que la vendió a 122 libras porque necesitaba sobrevivir, tanto ella como su hija. “Me arrepiento de lo que sucede, pero soy viuda. La única solución que tenía era conseguir a alguien que se casara con ella. Así ella ya no era mi responsabilidad y además no corría el riesgo de que le sucediera algo si se quedaba en mi casa”.
¿Un cambio?

El matrimonio infantil dejó de ser un tema tabú. Durante mucho tiempo nadie hablaba de él, a pesar de que era una realidad visible. El hecho de que se hable de él, de que haya organizaciones que traten de evitarlo, de que haya campañas, todo eso es un avance. Sin embargo todavía queda mucho por hacer.
El sitio Girls Not Brides publicó que a nivel mundial las tasas de matrimonio infantil disminuyeron aunque lentamente. Además explicó que “lo que solía ser un tema tabú ahora está en la agenda global”. Incluso, la ONU se propuso terminar con el matrimonio infantil para 2030.
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Esta es una triste realidad que padecen muchas niñas, sobre todo aquellas que viven en familias con bajos ingresos. África y Asia son los continentes donde es más frecuente el matrimonio infantil, aunque sucede en todo el mundo. ¿Podrá erradicarse esta práctica? Es un objetivo de la ONU y también debería ser nuestro objetivo.
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