El marketing ante todo: un hombre de Siria nombró su restaurante en honor a Donald Trump

Pocos días después de que los organismos internacionales llamaran la atención por las proporciones del drama humanitario que ha ocasionado el conflicto en Siria, las noticias se sacudieron terriblemente con la mención de ataques químicos y operaciones militares estadounidenses, que dieron un vuelco aún más trágico y desolador a la situación del país.

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Mientras las tensiones internacionales crecen, los ciudadanos en Siria, los que lograron quedarse en su país y no tuvieron que evacuarse, intentan salir adelante como pueden, en medio del caos y el terror de la guerra. Tal es el caso de Waleed Shekhi, un emprendedor sirio radicado en la ciudad de Kobane, al norte del país, que hace algunos meses abrió su pequeño café-restaurante.

En un curioso recurso publicitario, el hombre decidió ponerle Trump a su local, en honor al flamante presidente estadounidense, haciéndose eco de la omnipresencia de ese apellido en la noticias internacionales y en la opinión pública.

Surgiendo de las cenizas

Imagen Getty Images

Kobane, una ciudad perteneciente a la Gobernación de Alepo pero situada más al norte sobre la frontera con Turquía, fue el escenario en el que se libró una de las batallas clave de la Guerra Civil Siria, cuando el Estado Islámico ( EI) lanzó un asedio sobre la ciudad en septiembre de 2014.

EI logró hacerse del control de Kobane, una ciudad formada casi en un 90% por kurdos, y se estima que alrededor de 400.000 habitantes huyeron hacia Turquía, durante el asedio del EI en la región.

A fines de enero de 2015, las milicias kurdas, respaldadas por ataques aéreos del gobierno estadounidense, lograron obtener nuevamente el control de la ciudad.

Según los reportes, el 70% de Kobane había quedado destruido tras la batalla. A mitad de ese año, el EI lanzó otra ofensiva aislada contra la ciudad, que terminó con al menos 233 civiles muertos. Pero Kobane ya estaba en su camino a la reconstrucción, aunque lento y dificultoso.

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Un comité especial se formó para organizar la reconstrucción de la ciudad en ruinas y reestablecer los servicios básicos como el agua y la electricidad, para lo que tuvo que pedir ayuda internacional, sin demasiado éxito (Turquía mantuvo la frontera cerrada, Estados Unidos no presionó para que la abriera).

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Un reporte de octubre de 2016 indicaba que “gracias a los enormes esfuerzos locales las calles se han limpiado, pero todavía no hay agua ni electricidad”.

En medio de esta reconstrucción y este esfuerzo por volver a la vida normal, comenzaron a resurgir los establecimientos comerciales.

En este contexto, a comienzos de 2017, Waleed Shekhi abrió su café llamado Trump, el que atiende junto a su esposa.

La inevitable ironía

Irónicamente, para un apellido que se ostenta en grandes letras doradas en un rascacielos de la Quinta Avenida de Nueva York, y que en Occidente se asociaba al lujo, la opulencia y la excentricidad, en la ciudad de Kobane en Siria aparece pintado en humildes letras color amarillo, en una pequeña ventana del precario local que se ha erigido en medio de la destrucción.

Para profundizar en la ironía, el local vende un solo producto, además de café: sándwiches de faláfel.

Es la especialidad de Shekhi y su esposa.

Según reveló el hombre al sitio de noticias Kurdistan24:

“Realmente espero que nos vaya bien con este emprendimiento, no sólo porque mi esposa y yo hacemos deliciosos sándwiches, sino porque el nombre del lugar es muy atractivo”

En entrevista con otro medio (indudablemente el nombre del local tuvo el impacto deseado, al menos en lo que a coberturas de prensa respecta), el dueño aseguró:

“Donald Trump es el líder de los Estados Unidos, el país más grande del mundo. Los kurdos amamos a los Estados Unidos y por lo tanto amamos a Donald Trump. Por eso nombré mi restaurante en su honor”

Es que su decisión es inseparable del apoyo que las milicias kurdas recibieron de los Estados Unidos para resistir el ataque del Estado Islámico.

Lamentablemente, el nuevo giro de los acontecimientos puede jugarle una mala pasada a Waleed Shekhi y su estrategia comercial, ya que ahora el gobierno de Donald Trump ha dirigido un ataque con misiles pero ya no contra el Estado Islámico, sino contra el gobierno sirio.

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Tal vez en estos meses el café Trump ya ha consolidado su clientela gracias al impacto inicial de su nombre y su delicioso faláfel y no deba preocuparse, pero si las acciones de Trump tuvieran un efecto negativo, tal vez todavía tenga la opción de un pequeño acomodo comercial, agregando algún adjetivo al nombre de su local.