Un formidable paso en la generación de energías limpias que está siendo comparado con los hechos pioneros en la explotación del petróleo.
El camino andado por el viento en la generación de energía y el primer parque de aerogeneradores flotantes

El viento sopla más en alta mar

Desde hace milenios los marineros lo saben; el viento sopla más fuerte mar adentro. También desde hace cientos de siglos, los seres humanos utilizan la energía del viento para navegar, moler cereales y extraer agua de las profundidades de la tierra.
El aprovechamiento del viento para generar energía eléctrica no es tan reciente como pudiera parecer. Desde los mismos comienzos de la industria de la energía eléctrica, existieron generadores eólicos, pero nunca alcanzaron relevancia en comparación con otros métodos más baratos para el abastecimiento de energía, como los combustibles fósiles y las centrales hidroeléctricas.
La conquista de una cabeza de playa

La energía cinética de los vientos se desperdicia en más de un 99,99%. Sin embargo, desde el último cuarto del siglo XX la electricidad eólica ha venido agrandando su trocito en el pastel del consumo mundial de electricidad. El camino comenzó con los generadores instalados en tierra, cerca de la costa y uno puede ver las elevadas estructuras de los aerogeneradores, rompiendo la monotonía o alterando un hermoso paisaje.
Aunque se trata de energía limpia, los generadores eólicos no terminan de convencer a toda la comunidad ambientalista por la llamada “ contaminación visual” no obstante que los diseñadores se han esmerado en convertir los equipos en esculturas futuristas.
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La entrada en el mar poco profundo
El siguiente paso fue instalar aerogeneradores en el mar, empotrándolos en el lecho marino. Pero esta fórmula es muy costosa y tiene sus limitaciones. Además de la dificultad para encontrar profundidades idóneas que permitan aprovechar las corrientes de aire y de la contaminación visual, la penetración en el mar plantea también un problema con la navegación costanera, tanto comercial como deportiva. Si había que conquistar el mar, tenía que ser al completo, incursionando mar adentro.
Debía ser lo suficientemente lejos como para aprovechar vientos más fuertes y tener los parques de generación fuera de la vista, y lo suficientemente cerca como para no encarecer demasiado la distribución (el transporte) de la electricidad hasta los centros de consumo. La solución estaba a la espera, tras varios años de aplicación en otros campos: la flotación.
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Un trabajo más para las boyas
Las serviciales boyas vienen auxiliando al hombre desde hace siglos en la señalización en mares y ríos. También, las balizas flotantes son empleadas intensivamente en las operaciones de exploración y explotación de petróleo en el mar. Menos conocidas son las boyas que ayudan en el monitoreo del calentamiento global de los océanos, las sonoboyas que utilizan el sonido para informar de la presencia de submarinos y otras naves y las que operan en la detección temprana de tsunamis por los cambios violentos en la presión del agua.
En 2009, la compañía energética Statoil puso en marcha el primer aerogenerador flotante, el Hywind, en periodo de prueba y recientemente, la corporación noruega informó que ya está lista para instalar el primer parque energético de la historia basado en aerogeneradores flotantes.
La conquista de las profundidades

Los 5 aerogeneradores que contempla el parque estarán 30 kilómetros mar adentro en Aberdeenshire, en la costa oriental de Escocia. El área de mar reservada para el condominio energético es de unos 4 kilómetros cuadrados. Las turbinas estarán instaladas sobre unas boyas formadas por unos cilindros de acero, que flotarán en un mar con una profundidad de unos 120 metros. El cilindro flotante estará atado al lecho mediante tres cables. Se estima que el primer kilovatio activará la primera bombilla a finales de 2017 y a plena capacidad, sus 30 megavatios suplirán las necesidades de unas 20.000 viviendas.
El primer pozo petrolero elevó por los aires el combustible fósil hace más de 150 años y nadie se imaginó entonces que estaba naciendo una de las industrias más influyentes en la historia de la humanidad. Los vientos en mar adentro son casi constantes, ilimitados y alguna gente está comparando el inicio de la generación flotante con el legendario pozo perforado por Edwin Drake en 1859.









