Edith Windsor: un adiós a la activista LGBTQ más influyente del siglo XX

Hay personas que marcan a la humanidad por sus formas pacifistas de salvar al mundo. Están las personas que nos marcan día a día y que hacen cambios ínfimos en la sociedad pero enormes en nosotros mismos; una de ellas fue  Edith Windsor.

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Quizás su nombre no sea conocido para los latinoamericanos, debido a que su foco de actividad se encontró en Estados Unidos. Sin embargo, esta mujer fue un ícono en el mundo LGBTQ e hizo grandes cambios para lograr  un mundo más igualitario.

Su construcción

Windsor se casó con el amor de su vida en 2007, luego de más de 40 años comprometida, ella y Thea debieron casarse en Canadá a causa de que e l matrimonio homosexual estaba prohibido en su país. El detonante que desencadenó el activismo de Windsor fue el hecho de que el estado no reconoció su unión marital con todos los costos legales que eso implicó. 

El día que Edith Windsor perdió al amor de su vida tuvo que pagar un impuesto muy alto para poder concretar la sucesión.

«Me parece tan ofensivo que la mujer con la que viví, adoré y amé profundamente fuera tratada como una desconocida en mi vida».

Por este motivo, esta mujer se dirigió a la corte y le inició un juicio, ni más ni a menos, al estado estadounidense. Luego de buscar intensamente profesionales que quisieran tomar la causa en marzo de 2013 la corte decidió declarar inconstitucional la ley que había obligado a Edith a pagar un impuesto para la sucesión.

El 27 de marzo de 2013, fue el día en que la comunidad LGBTQ dio uno de los pasos más grandes de la historia del país de la mano de la señora Windsor. Esta mujer les dio libertad, independencia, y fundamentalmente, nos enseñó a todos que no debemos escondernos por ser lo que somos.

«Los homosexuales merecen los mismos derechos y protecciones legales que los demás».

Esta frase fue dicha por Windsor luego del fallo a su favor, y fue la que dio el puntapié inicial a una libertad desconocida por una comunidad que pedía a gritos igualdad.

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Un último adiós

El 13 de Septiembre  Edith dejó este mundo y nos dejó un sabor agridulce en la boca. No sabemos si llorar porque se fue o agradecerle por creer en la causa y defenderla a pesar de que el mundo no lo desee. Definitivamente, necesitamos más mujeres como ella, personas que sean capaces de pelear con tanta fiereza por sus convicciones.