Una de las grandes promesas electorales de Donald Trump fue la de revocar y sustituir la denominada Obamacare, o Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible, una importante reforma del sistema de salud estadounidense que el gobierno de Barack Obama aprobó en 2010.
Duro revés para Trump: fracasa su reforma de salud por falta de apoyo

La ley, que se estableció para extender la cobertura y reducir los costos del sistema de salud, y especialmente orientada a mejorar el acceso a personas de bajos recursos (se estima que desde que se aprobó la ley ingresaron al sistema de salud entre 20 y 24 millones de personas que antes no tenían cobertura), había enfrentado gran resistencia desde su aprobación, ya que apostaba a una transformación en las prácticas de hospitales y médicos y a mejoras financieras, tecnológicas y clínicas.
Se opusieron a la ley desde algunos congresistas, pasando por jueces federales y gobiernos estatales, hasta grupos conservadores y sindicatos. La promesa de derogar la ley o modificarla por una diferente ya la había hecho en 2012 el candidato republicano Mitt Romney, y desde entonces esta es una intención declarada por el Partido Republicano, una misión en la que viene realizando diferentes esfuerzos prácticamente desde que entró en vigencia la ley.
De modo que ante la promesa de Donald Trump de hacerlo, y la mayoría republicana en el Congreso, parecía que ahora sí se llegaría al fin del Obamacare.
El Trumpcare

Así, bajo el título de Trumpcare o a veces Ryancare (el encargado del proyecto era el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan) se empezó a trabajar en la ley que sustituiría y revocaría la anterior.
Sin embargo, cuando comenzó a conocerse la nueva ley, expertos de todo rango político, conservadores, progresistas o de centro, republicanos o demócratas, estuvieron de acuerdo en que el proyecto de ley era inviable y que tenía graves fallas y errores.
Era una ley que implicaría casi inevitablemente una reducción de la cobertura de los cuidados de salud y de las deducciones impositivas, así como esencialmente una eliminación gradual del programa Medicaid para los más necesitados.
Donald Trump negó todo esto y, como ya es costumbre, acusó a la prensa de estar inventando cosas para hacer creer a la gente que la ley no era buena.
Despite what you hear in the press, healthcare is coming along great. We are talking to many groups and it will end in a beautiful picture!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) March 9, 2017
"A pesar de lo que escuchen en la prensa, la reforma sanitaria está progresando perfecto. Estamos hablando con muchos grupos y todo terminará en una hermosa imagen!"
Hace algunos días nada más, el presidente estadounidense hizo su primera propuesta de presupuesto público, en la que uno de los departamentos del gabinete más afectados por el recorte y la reducción era el Departamento de Salud y Servicios Humanos.
Pese a los buenos augurios de Trump, este viernes finalmente el proyecto Trumpcare fracasó.
No hay votos

El presidente de la Cámara de Representantes Paul Ryan retiró el proyecto de ley a pedido de Donald Trump, al ver que no alcanzarían los votos necesarios para su aprobación.
En la noche del jueves, Donald Trump había lanzado un ultimátum amenazando con abandonar cualquier negociación sobre el sistema de salud si no obtenía los votos para su Trumpcare.
La falla del proyecto se explica por el rechazo que generó no solamente entre demócratas, que consideran que el Obamacare es uno de los grandes logros del gobierno anterior, sino también entre republicanos.
Algunos conservadores querían que la ley estableciera una revocación mucho más completa y radical del Obamacare y criticaron el proyecto por moderado; otros temieron la repercusión electoral que tendría para el partido el hecho de que millones de ciudadanos pierdan su acceso a los cuidados de salud.
Por el momento, Obamacare sigue vigente, aunque el gobierno asegura que su funcionamiento es pésimo y que si sigue así el sistema colapsará.
Aunque Paul Ryan aseguró que ahora seguirían adelante y darían por concluido el asunto, Trump dijo que estaría dispuesto a volver a discutir la reforma sanitaria cuando el Obamacare colapse, “lo que hará en un futuro cercano”.
"Obamacare is exploding, with no Democrat support we couldn't get there": @POTUS Trump on healthcare vote withdrawal https://t.co/rztLWJn2yC pic.twitter.com/BdVzbCXnXG
— BBC Breaking News (@BBCBreaking) March 24, 2017
La inhabilidad para convencer a sus partidarios y cumplir una de las más notorias promesas electorales y uno de los proyectos más importantes de su programa, no solo representa la primera gran derrota para el gobierno de Trump, sino que pone en duda otros grandes asuntos de similar importancia y controversia que abordarán próximamente, como las reformas impositiva y migratoria.






