Dos niñas de 8 y 18 años fueron las primeras víctimas confirmadas del ataque en Manchester

Imagen Getty Images

21.000 personas estaban disfrutando del concierto de Ariana Grande en el Manchester Arena, cuando una explosión conmocionó a todos los presentes durante la última canción de la cantante. 22 personas fallecieron —la mayoría era niños y adolescentes— y, aproximadamente, 60 personas resultaron gravemente heridas.

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Las primeras historias se dieron a conocer y nos estremecieron. Cualquier muerte duele, pero cuando le toca a alguien de 8 años o de 18 años, duele más. Dos niñas que estaban emprendido sus primeros años de vida, de niñez y de juventud fueron asesinadas por el odio de ISIS.

Saffie Rose Roussos

Saffie tenía 8 años, había ido a ver a Ariana Grande junto a su madre y su hermana. La explosión acabó con su vida dentro del estadio. Sus familiares están siendo atendidos en el hospital.

«Fue simplemente una hermosa niña, considerando todos los aspectos de la palabra», dijo el director de su escuela. Además agregó que «era muy querida por todos. Su calidez y amabilidad serán siempre recordadas». «La idea de que alguien vaya a un concierto y nunca más vuelva a casa es desgarradora», culminó el comunicado del director.

Georgina Callander

Callander tenía 18 años, murió en el hospital luego de resultar herida en la explosión. El día anterior había publicado una fotografía junto a su idola Ariana Grande, acompañado por una frase: «Tan entusiasmada de verte mañana».

«Georgina era una joven estudiante encantadora», manifestó mediante un comunicado la directora de su escuela. En 2015 había conocido a Ariana Grande.

John Atkinson

John tenía 26 años. En Facebook sus amigos lo definieron como «un alma bella». Es la tercera víctima confirmada del atentado.

Olivia Campbell 

Al siguiente día del atentado las familias estaban desesperadas. Muchos de sus hijos todavía no habían llegado a casa y los padres comenzaron a pensar lo peor. Charlotte Campbell, difundió las fotos de su hija en Internet, pero la llamada que recibió no era la que esperaba: su hija era la cuarta fallecida identificada. 

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Olivia tenía 15 años. Estaba sumamente feliz por poder ver a su ídola, contó su madre. «Me dio las gracias y me dijo que me amaba. Eso fue lo último que supe de ella», agregó entre lágrimas. 

Por ellas, por él y por todos los que se fueron, este es nuestro sentido homenaje. Porque recordarlas es mucho más honorable y necesario que potenciar el odio hacia ISIS.