Donald Trump alcanzará este sábado 29 de abril la marca de sus 100 primeros días en las presidencia de los Estados Unidos, aunque parecieron mil en medio de los ineludibles titulares constantes, los escándalos y la sucesión de hechos insólitos, ridículos o indignantes vinculados a su administración.
Donald Trump sobre ser presidente: "Pensé que sería más fácil"

Trump se convirtió en presidente, según su propio eslogan y toda su campaña electoral, por el descontento con los Estados Unidos de Barack Obama y con el establishment político en general, dejando atrás su vida de multimillonario mediático vinculado a reality shows, concursos de belleza y eventos de lucha libre.
Y probablemente también se convirtió en presidente por un afán de poder y por pura satisfacción de su consabido e inflado ego. Pero todo esto no le permitió prever el hecho de que ser presidente de uno de los países más poderosos del mundo demanda ciertas exigencias y grandes responsabilidades, muy diferentes de las que implica administrar una empresa (pese a la extendida noción que las equipara) o ser una figura pública vinculada al entretenimiento.
Ahora Donald Trump extraña cómo era su vida antes de ser presidente.
Demasiado trabajo

“Me encantaba cómo era mi vida antes, hacía tantas cosas” le dijo Trump a Reuters, en una entrevista con ocasión de sus primeros 100 días como presidente.
“Ahora tengo que trabajar más. Pensé que sería más fácil” aseguró Donald, sorprendido ante el hecho de que gobernar los Estados Unidos es más difícil que manejar la compañía que heredó de su familia.
Dijo que extraña conducir su automóvil, que se siente como envuelto en un capullo y que, pese a estar acostumbrado a la exposición pública desde antes, todavía se sorprende de la poca privacidad que tiene. Todo esto a pesar de que ha pasado 25 de los 100 días que lleva en el gobierno jugando al golf en su hotel de Mar-a-Lago, y que tiene en la Oficina Oval un "botón rojo" exclusivamente destinado para que un asistente le traiga su Coca Cola.
Aunque es inevitable achacar algo de ingenuidad a estas declaraciones de Trump, también es cierto que su presidencia, con la enorme resistencia que ha generado y que excede ampliamente la simple oposición entre republicanos y demócratas, ha debido ser más árdua que otras más convencionales. De todos modos él mismo se lo buscó.

Hay también algo de decepción en sus dichos, que podrían provenir de esta inesperada dificultad y carga de trabajo, pero también de lo poco que ha conseguido en estos 100 días como presidente, en los que no ha tenido significativos avances en sus propuestas de gobierno y ha visto como su aprobación popular sigue descendiendo, alcanzando el nivel más bajo para cualquier presidente en la marca de sus 100 primeros días.
No es casual que, como resalta esta misma nota de Reuters, Donald Trump siga apegado a su triunfo electoral tras estos 100 días: durante la entrevista, tenía varias copias del mapa con el resultado de las elecciones de 2016, que repartió entre los diferentes reporteros, diciendo “nada mal, eh”, mientras señalaba los estados marcados con rojo en los que ganó.
Es que en estos 100 días aquel triunfo es prácticamente lo único que Donald Trump tiene para celebrar.






