Donald Trump es básicamente un pervertido, según las últimas acusaciones

Si todo el bagaje previo de Donald Trump, sus polémicas declaraciones y posiciones políticas, su racismo y misoginia velados o manifiestos, y su completa ineptitud para un puesto como el de Presidente de Estados Unidos no eran suficientes para disminuir significativamente su intención de voto, parece que su comportamiento en el ámbito privado, especialmente dirigido a las mujeres, sí puede hacerlo.

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De modo que la prensa estadounidense, al menos los grandes medios de tradición liberal, se han aferrado a esta narrativa en la recta final de la campaña presidencial, que podría reducirse así: Donald Trump es un pervertido. Esto no quiere decir que los medios, sus periodistas y editores responsables —que como cualquier estadounidense medianamente razonable temen la llegada de Trump a la Casa Blanca— estén inventando noticias al respecto, sino en todo caso que están yendo hacia donde se encuentran este tipo de noticias, que cuando se trata de Trump, no suenan en absoluto descabelladas.

Palabras y acciones

Todo comenzó con ese video y audio del año 2005, que difundió originalmente el Washington Post, en el que se puede escuchar a Trump hablando en confianza con un reportero de espectáculos acerca de todo lo que le gustaría hacerle a una joven que lo va a entrevistar, incluyendo, entre otras cosas, esa alusión a tomarla de sus partes íntimas sin su consentimiento, una frase que ya quedó entre lo más infame de esta insólita campaña electoral.

La difusión de este audio fue un gran golpe para la campaña de Trump, pero era sólo el comienzo.

En el segundo debate presidencial con la candidata republicana Hillary Clinton, Trump restó importancia a sus palabras diciendo que era algo así como “una charla de vestuario entre hombres” (como si fuera normal que los hombres hagan alarde de manosear mujeres sin su consentimiento) y que lo suyo eran “palabras y no acciones”, una defensa que fue también un ataque al expresidente Bill Clinton y potencial primer caballero, que ha sido acusado de violaciones.

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Pero para contrarrestar esto de “palabras y no acciones”, desde entonces han surgido varias mujeres que acusan a Donald Trump de comportamiento indebido y acoso sexual. Primero fueron algunas ex concursantes de Miss Universo, el concurso de belleza del que Trump fue propietario, que revelaron que Trump, aprovechando su posición, ingresaba en los camarines cuando las modelos se estaban cambiando, simplemente para mirarlas.

Las declaraciones de ahora permitieron a reporteros investigar y dar con palabras del propio Trump alardeando al respecto, en una entrevista con Howard Stern en 2005:

“Podía ir al backstage antes de un show, cuando todas ellas se estaban preparando y vistiendo. Y no había hombres en ninguna parte, sabes, pero yo tenía permitido acceder porque soy el dueño del concurso. Por lo tanto, estaba supervisando todo. Y las modelos estaban ahí sin ropa. Podía ver estas mujeres increíblemente atractivas. Y nadie me decía nada”
Imagen Getty Images

En suma a esto, varios medios, incluyendo Buzzfeed, The New York Times y la revista People han entrevistado a mujeres que denuncian diferentes abusos de tono sexual por parte de Trump.

El reporte de The New York Times, que incluye declaraciones de dos mujeres que alegan que Trump las tocó o besó sin su consentimiento en lugares públicos (una de ellas en un avión, otra en un ascensor de la Torre Trump), fue el que más atención captó, luego de que Trump, a través de su abogado, calificara la nota de difamatoria y exigiera al periódico retractarse.

El NYT, también mediante su representante legal, respondió: “Muchas mujeres que no mencionamos en nuestro artículo han decidido hacer públicas sus experiencias con el comportamiento abusivo del Sr. Trump. Nada de lo que dice nuestro artículo ha tenido efecto alguno sobre la reputación de Trump, esta es producto de sus propias acciones y sus propias palabras”. Finalmente, desafió a Trump a comparecer en un tribunal si es que considera falsas las acusaciones.

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Ante todo esto, Trump ahora no ha tenido más opción que adoptar su posición defensiva, acusar a la prensa de confabulación en su contra y gritar que todas las mujeres que lo acusan son unas “horribles mentirosas”, cosa que hizo en su acto más reciente en Florida.

Para finalizar, el señor que dijo de sí mismo “ser un caballero” en el segundo debate presidencial, sugirió que una de las denunciantes era demasiado fea como para que él haya intentado hacer avances inapropiados:

“Echen un vistazo. Mirenla. Miren lo que dice. Y me dicen si lo creen. No me parece”