"Hay personas que son prosociales; afrontan el mundo con una sonrisa y son uniformemente amables con los demás. (…) Otras se enfrentan al mundo con un gruñido y son rutinariamente agresivas y desconsideradas. La mayoría de nosotros estamos en equilibrio; casi todo el tiempo somos capaces de tratar con los demás de manera civilizada y considerada. Pero nadie es perfecto; incluso las personas del grupo prosocial han hecho trampas en sus impuestos".
Donald Pfaff: Los seres humanos somos buenos por naturaleza

Este es un extracto del último libro del Profesor Donald Pfaff, “The Neuroscience of Fair Play: Why We (Usually) Follow the Golden Rule” o en español, “La neurociencia del juego limpio: ¿Por qué (generalmente) seguimos la Regla de Oro?”. Una obra apasionante que se interna en los fundamentos neurológicos del altruismo, la solidaridad y la generosidad.
Según la tesis de este reconocido especialista, los seres humanos estamos “programados” para ejercer el bien, es decir, para seguir la norma moral presente en la gran mayoría de las culturas y religiones: tratar al prójimo de la misma manera en que nosotros quisiéramos ser tratados.
Existen una serie de mecanismos hormonales y neurológicos que predisponen a los individuos a ser solidarios con el resto de sus pares. Sin embargo, son las experiencias que vivimos las que nos llevan a fortalecer o quebrar ese mecanismo. Es decir, la conducta humana estaría dada por un equilibrio entre rasgos prosociales y rasgos antisociales, un equilibrio modelado por las experiencias previas en la vida de cada persona.
Un tema apasionante que merece ser estudiado en profundidad, pues al fin y al cabo, nuestro carácter es quien define nuestra forma de relacionarnos con el mundo y el que determinará para bien o para mal el éxito que obtengamos en cualquiera de nuestros objetivos.
Vía | Amazings









