Alfredo Turcumán de 28 años vivía en la provincia argentina de San Juan y estaba casado con Claudia Moya de 23, quien lo asesinó el pasado 13 de junio en su casa.
Denunció el maltrato de su esposa, la policía le dijo “que no sea maricón” y murió de una puñalada

Tenían una relación conflictiva, y el final de la historia así lo demostró. Será la justicia la encargada de demostrar si Claudia actuó o no en defensa propia o si su pareja la sometía a algún tipo de violencia o no.
Lo cierto, es que Alfredo intentó realizar una denuncia por violencia pero fue desestimada. “No sea maricón, es una mujer" le dijeron.
La consecuencia de un sistema que falla
Alfredo recibió un puntazo en el pecho y fue internado de urgencia. La versión de la mujer fue que se trató de un “accidente” cuando el hombre intentando arreglar una puerta de su casa, se lastimó con un cuchillo.
Pero la herida era muy profunda, por lo que despertó la sospecha del equipo médico. Además tenía lesiones en la cara, el cuero cabelludo y un rasguñó en la espalda.
Sus familiares tampoco creyeron la versión de Moya, ya que a Alfredo ya lo habían visto con heridas y sabían de las peleas constantes de la pareja.
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Alfredo Murió luego de estar 9 días internado en terapia intensiva. La policía realizó una inspección ocular en la casa de la pareja y constataron que la supuesta puerta se encontraba en perfecto estado.
Detuvieron entonces a la mujer, acusada de homicidio agravado por el vínculo.
Una tragedia que se podría haber evitado
Alfredo ya había presentado una denuncia ante la policía varios días antes de morir, pero según sostuvo su familia, los oficiales no tomaron la denuncia.
Si bien está comprobado que las principales víctimas de la violencia doméstica son las mujeres, esto no quita que se pueda dar a la inversa. En todo caso, es responsabilidad de la Comisaría en donde se intentó radicar la denuncia el comenzar una investigación.
Detectar las primeras señales de abuso son claves para evitar tragedias como esta.






