Dell Venue 11 Pro, una tablet decepcionante

El Venue 11 Pro de Dell es un ultrabook de 10,8 pulgadas. Después de varias semanas de prueba, el juicio está claro: es necesario invertir en uno de los dos teclados físicos que se venden por separado en la página Dell para un mejor uso de esta tablet. Es decir, que hay que añadir entre 120 y 220 dólares a los 800 que cuesta la tablet.

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Dell y Microsoft llevan el mismo juego con relación a las tablets: el teclado no está incluido en el precio. Y, para un uso profesional, Windows 8.1 sigue siendo más fácil de usar con un teclado y un ratón que con el dedo.

Una tablet, dos teclados

El primer teclado hace las veces de cubierta de protección, y gracias a una persiana abatible, mantiene la tablet en posición inclinada como una pantalla de PC portátil. El teclado no es agradable de utilizar, puesto que al ser todo de plástico, las teclas son demasiado planas. El segundo, es todo de aluminio y tiene una teclas más bonitas, mejor posicionadas.

Otra ventaja de este teclado es su batería integrada que prolonga la autonomía de la tablet en una hora. A simple vista parece un PC portátil de tamaño pequeño. Pero en cuanto al precio de la tablet y de sus accesorios, estamos persuadidos de para esto lo mejor es comprarse un ultrabook. Se puede hacer el mismo uso, y no se tiene la impresión de comprar un aparato a base de kits.

Una buena pantalla para trabajar

Independientemente de la versión (pro o para usuarios) del Venue 11 Pro chino, la tablet es de plástico, muy pesada (810 gramos) y gruesa (1,25 cm). Mantenerla en la mano resulta cansador. Un argumento de más para pasar por caja y comprar los teclados.

Por desgracia, el Venue 11 Pro no tiene grandes prestaciones: tiene una carga de unas 5 horas en reproducción de videos y 7 horas en navegación Web, en función de la intensidad de la iluminación de la pantalla, por supuesto. De hecho, esta última, además de brillante es de muy buena calidad puesto que la luminosidad es de 298 cd/m2 y la tasa de contraste es de 1840:1. Los colores destacan bien, pero en ciertos momentos son algo flashy. Conviene pues ajustar la luminosidad en función de los gustos de cada usuario.

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La Venue 11i Pro Puissance (una variante de la Venue 11) dispone de un Core i5-4300Y, mientras que la tablet para el gran público dispone de un Core i5-4210Y relativamente similar. Dispone además de 4 GB de memoria y es su control gráfico el que se encarga de poner las imágenes en la pantalla Full HD. Esto es ampliamente suficiente para las aplicaciones diarias de cualquier trabajador nómada.

Para el almacenamiento, Dell se limita a 128 GB en un disco SSD, de los cuales sólo 91 GB están realmente disponibles. Menos mal que existe la posibilidad de insertar una tarjeta MicroSD (SDHC y SDXC) dejando la posibilidad de aumentar la capacidad de almacenamiento.

En cuestión de conectividad, la Venue 11 Pro tiene una salida de video mini HDMI, una salida para auriculares y una toma USB 3.0. De hecho, esta última es bastante caprichosa: los discos duros y las llaves USB no se reconocen siempre inmediatamente.

Terminemos por la calidad de la cámara de fotos de 8 megapíxeles en la parte trasera de la tablet. Ciertamente hace fotos de gran calidad, siempre que haya buena luz. 

A fin de cuentas este híbrido, o dispositivo que se transforma en híbrido por necesidad propia, no cuenta con las características necesarias para colocarse en ninguno de los dos mundos: ni como una tablet, ni como una notebook. Su alto precio la separa de la competencia de las tablets y sus no muy generosas características la ponen por debajo de notebooks y ultrabooks que realmente se hacen lugar en el mercado.