Defecto en desfibriladores cardíacos internos matan a dos personas, ¿qué tan seguros son estos dispositivos?

Gracias a la tecnología, personas que antes hubiesen fallecido por problemas cardíacos,  hoy pueden llevar una vida relativamente común  utilizando implantes internos que aseguran que su corazón funcione con normalidad.

Dispositivos como marcapasos y desfibriladores internos tienen una batería que debe ser cambiada cada cierta cantidad de tiempo, pero en el caso de dos personas esta no funciona como debiera lo que terminó matándolas.

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Desfibriladores cardíacos defectuosos matan a dos personas

Un  desfibrilador interno es un dispositivo que se implanta alrededor del corazón y al notar que este no late como debería, liberan una pequeña cantidad de corriente para que regrese al ritmo normal, lo que salva vidas.

St. Jude Medical, fabricante de estos dispositivos, llamó a más de 400 mil personas para revisar su desfibrilador tras que dos de los pacientes que las llevaban murieran producto de una falla en su batería.

Los desfibriladores afectados debieran tener una carga de batería que durase 7 años o más y, tres meses antes de que se acabe emiten una vibración que le indica al paciente que debe acudir al médico para su reemplazo.

En el caso de estos dispositivos fallados la batería de litio dejó de funcionar poco después de dar el aviso, por lo que no pudo ser reemplazada a tiempo. Las unidades no utilizadas ya fueron devueltas a St. Jude Medical.

¿Qué pasará con los pacientes que aún utilizan los dispositivos cardíacos defectuosos?

Si bien St. Jude Medical ya está recuperando aquellos desfibriladores internos que no se habían utilizado, son 400 mil los pacientes que los tienen en su cuerpo y según la compañía el retirarlos es peligroso ya que significa una cirugía mayor.

Quienes llevan estos desfibriladores deben revisar los niveles de batería mediante el uso de medidores inalámbricos y hacer un reemplazo inmediato si los niveles son bajos o sienten la primera vibración.

¿Qué falló? Según la empresa fabricantes las baterías de litio utilizadas en estos modelos que salieron al mercado en 2010 y contenían un aislante para evitar cortocircuitos presentaban un defecto que hacía que el litio de agrupara en vez de fluir como debía, lo que disminuía su vida útil.

Un error que le costó la vida a dos persona y que nos hace pensar en la necesidad de revisar con frecuencia el funcionamiento de los dispositivos internos, incluso antes de lo recomendado por los fabricantes, ya que en el caso de estas dos personas fallecidas les habría salvado la vida.

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