Dee Ann Newell, la mujer que brinda contención a niños con padres en prisión

Hace casi 30 años, Dee Ann Newell daba clases de educación para padres a las madres en prisión en Arkansas, Estados Unidos. Esas madres siempre le pedían lo mismo: que chequeara cómo estaban sus hijos quienes estaban pasando por un momento difícil.

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Dee Ann visitó a los niños y encontró familias angustiadas, luchando emocional y financieramente. Eso la impulsó a crear, en 1994, una organización sin fines de lucro para ayudar a contenerlos: Arkansas Voices For The Children Left Behind (Las voces de Arkansas para los niños dejados atrás).

Cuando era pequeña, el padre de Dee Ann sufrió una enfermedad mental y fue llevado al hospital. Ella fue estigmatizada por su situación familiar; no obstante, esa experiencia la marcó y le permitió relacionarse mejor con los niños. 

Una ayuda a las familias vulnerables

Dado que Arkansas tiene la población carcelaria con más rápido crecimiento de Estados Unidos, la organización es muy importante. Actualmente unos 70 mil niños están creciendo sin sus padres. A lo largo de los años, la organización ha brindado comodidad, apoyo y oportunidades a unos 38 mil niños vulnerables.

Para los niños, enfrentar una realidad de este tipo no es nada sencillo. Tienden a experimentar sentimientos de vergüenza y aislamiento. Y, a su vez, presentan un mayor riesgo de desarrollar depresión, ansiedad y problemas de comportamiento.

Mejorando la infancia de los niños

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La organización trabaja con los niños a través de mentores y en colaboración con las escuelas, dado que la deserción escolar y las malas calificaciones son un gran problema.

Además, busca combatir los sentimientos de aislamiento, uniendo a los niños que tratan con los mismos problemas. También ayuda a mantener relaciones con los padres encarcelados, con clases de crianza y grupos de apoyo para los abuelos, quienes a menudo deben encargarse de la familia.

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Dee Ann es la directora ejecutiva de la organización y ella se encarga de reclutar de forma activa a los niños para sus programas. Visita escuelas buscando ayudar a quienes tienen algún padre en la cárcel.

Al mismo tiempo, busca contratar personas que se hayan visto afectadas por el encarcelamiento, para entender mejor las necesidades que enfrentan.

Aliviando el trauma

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La vida de muchos niños ha cambiado gracias a estos programas. Beavers es uno de ellos. Cuando tenía 4 años, su madre fue enviada a prisión y se encuentra cumpliendo una cadena de cadena perpetua por asesinato y robo agravado.

Criada por sus abuelos, Beavers comenzó a sufrir las consecuencias de tener a su madre en prisión. Se sentía ansiosa, le preocupaba que otros niños la molestaran y decía que su madre estaba en el ejército para no tener que explicar lo que pasaba.

A los 6 años, Beavers se involucró con Arkansas Voices. Gracias a la orientación, las actividades y las visitas regulares a su madre, logró aliviar su ansiedad. Además de  aliviar el trauma de la experiencia de visitar a su madre a prisión.

Muchos niños como ella han enfrentado la difícil realidad de crecer con sus padres en prisión, pero gracias a la organización han logrado tener las herramientas necesarias para lidiar con esa situación.

Arkansas Voices ayuda a los niños de todo el estado a visitar a sus padres en varias prisiones, aunque han tenido que recortar presupuesto. Dee Ann utilizó su casa como sede debido a la falta de financiación, pero la continuidad del proyecto es algo que le preocupa.

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Gracias a su interés, la vida de muchos niños ha cambiado, aliviando sus emociones, superando el trauma y estableciendo una mejor relación con sus padres. Ella logró aportar su granito de arena para transformar a la comunidad y ayudar a hacer la diferencia en la vida de los niños. Una gran iniciativa, ¿no crees?