Conocé la emotiva historia de este niño no vidente uruguayo que crea robots

Johan Pauluk es un niño ciego de 10 años nacido en Young, Río Negro y que ha sorprendido a sus amigos y maestros.

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Johan es capaz de crear tractores, camiones y hasta un molino de viento con piezas robóticas del Plan Ceibal. Él pudo desarrollar estas capacidad en el marco de un plan piloto que lleva a cabo el Plan Ceibal y la Escuela Nº6 de Paysandú.

Cursa quinto año y ha participado con su centro educativo en las Olimpíadas de Robótica y Programación realizadas en el LATU.

Como este 2015 es el Año Internacional de la Luz, sus maestros lo incentivaron a él y a dos compañeros de equipo para crear un molino que se alimente con energía solar y él no tuvo inconvenientes al trabajar en el proyecto.

A pesar de su energía, su voluntad y su capacidad para lograr lo que se propone, la vida de Johan no es como la de todos los niños.

Su condición

A los tres meses le diagnosticaron Retinoblastoma bilateral, una enfermedad hereditaria que afecta las retinas de los ojos a los menores de 6 años. Y al  año y medio, Johan quedó ciego de su otro ojo.

Si bien la vida de él y de su familia cambiaron para siempre, su familia se enfocó en darle herramientas para que pudiera llevar una vida feliz, estimulando su creatividad.

Todos los que lo conocen aseguran que tiene mucha memoria visual y una gran ambición por aprender.

Johan vive en Young, Río Negro, pero se traslada todos los días hasta Paysandú desde los últimos dos años, cuando su familia supo que había una escuela que trabajaba con niños con discapacidad visual.

Un gran proyecto

Este año y a raíz de que el Plan Ceibal proporciona un kit de piezas robóticas, la escuela planteó un GRAN proyecto: enseñar robótica a los niños no videntes.
Para hacerlo convocaron a Sebastián Cantero (maestro de apoyo Ceibal) para enseñarle robótica a los niños.

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Y Johan fue el primero. Para ello, le asignaron un nombre a cada pieza para que Johan pudiera memorizar de cuál se trataba. Para ayudar en el proceso, la maestra de quinto, tradujo en braille el manual que explica cómo armar hasta ocho robots.

¡Y el resultado fue inmediato! Con el manual traducido no necesitaba que le dijeran dónde poner las piezas, en pocas semanas las podía manipular solo. Su avance no marcaba diferencias con los niños que sí podían ver y por eso lo invitaron a trabajar en una clase convencional.

Su habilidad sorprendió a todos e incluso ahora acompaña al maestro de Ceibal a otras clases para enseñar sobre robótica y programación a otros niños.

La historia de Johan nos demuestra que no tenemos límites cuando tenemos ganas, trabajamos duro y perseguimos nuestros sueños.

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