¿Cómo se graba el sonido en un disco de vinilo?

Los discos de vinilo están volviendo a la popularidad y las nuevas generaciones por fin acceden a este medio para grabar y reproducir música que entrega una calidad que la tecnología todavía no logra igualar.

Ya sean llamados discos de vinilo o discos de pasta según el lugar donde estés, es muy interesante conocer cómo se graba el sonido en estos discos que nacieron a fines del siglo XIX y hoy están más vigentes que nunca.

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Orígenes y evolución de los discos de vinilo

Los discos de vinilo fueron los reyes de los amantes de la música durante décadas, protagonistas de los primeros álbumes de Los Beatles y no había hogar donde el tocadiscos no tuviese un lugar de honor reservado.

A diferencia de los formatos digitales que se utilizan hoy, los discos de vinilo que fueron evolucionando con los años tanto en tamaño como en velocidad de reproducción pueden ser separados en dos tipos de grabaciones: Acústica y eléctrica.

En sus inicios, los discos estaban fabricados en goma dura y rellenos minerales y con el paso de los años se fue evolucionando a materiales más flexibles. Recién en 1931 la goma flexible pasó a ser el principal componente de estos discos gracias a su durabilidad.

Con el tiempo también cambió la cantidad de minutos de grabación que podía almacenar un disco, los primeros que eran reproducidos de forma manual contenían entre 3 y 4 minutos de material y, los discos de vinilo más modernos de 12 pulgadas tenían espacio para hasta 45 minutos de música. También aparecieron los discos de vinilo de dos caras que contenían grabaciones a ambos lados.

¿Cómo se graba el sonido en un disco de vinilo?

El proceso de grabación de los discos de vinilo modernos que se utilizan hoy y fueron desarrollados a fines de la década de los cincuenta, se compone de siete pasos en los cuales se eliminan las interferencias de sonido, ajustan los volúmenes e intensidades de cada instrumento y canal.

Para grabar los sonidos el disco se coloca sobre una especie de torno que vibra y, mediante el uso de una aguja especial hecha de zafiro o diamante, estas vibraciones se imprimen en el disco en forma de surcos con diferente profundidad y ubicación, lo que también define la velocidad y otros aspectos.

Antes el proceso se realizaba de forma manual también conocida como acústica, pero los discos de vinilo modernos utilizan un sistema eléctrico que además de automatizar la grabación podía conseguir mejores resultados en cuanto a ecualización y volumen,

Una vez que un disco está grabado, se le somete a un proceso de lavado para luego aplicarle coberturas minerales.

 La primera copia de un disco también conocido como disco matriz recibe un tratamiento especial que permite que luego se estampe sobre otros discos de vinilo utilizando una prensa. Los discos que se van a comercializar también se etiquetan y recubren.

Grabar un disco de vinilo hace 80 años no es lo mismo que hace 50 u hoy en día, pero sigue siendo un proceso fascinante para un medio de almacenamiento y reproducción musical que se niega a jubilarse.

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